El departamento de Guillermina Valdés, ubicado en el exclusivo barrio de Palermo, reflejaba a la perfección su estilo elegante, minimalista y contemporáneo. La empresaria y modelo residía en el décimo piso de la Torre Le Parc, uno de los edificios más distinguidos de la zona y donde aún vive Marcelo Tinelli, su ex pareja y padre de su hijo Lolo.
El espacio no solo destaca por su ubicación, sino también por la impronta cálida y moderna, que combinaba mobiliario de diseño, luz natural en abundancia y una estética coherente con su imagen pública. Cada rincón del hogar de la diseñadora había sido pensado con criterio estético, funcionalidad y sensibilidad artística.

Así era la casa donde vivía Guillermina Valdés: cerca de Marcelo Tinelli y con vista al río de la Plata
Desde su departamento en el décimo piso de la Torre Le Parc, y siendo vecina de Marcelo Tinelli, Guillermina Valdés disfrutaba de una imponente vista al río de la Plata, gracias a los grandes ventanales que recorrían el living comedor. Esta conexión con el exterior se convirtió en protagonista del espacio, permitiendo que la luz natural inunde cada espacio.
La entrada del departamento anticipaba con elegancia el estilo sofisticado que predominó durante años en todo el hogar. Con pisos de mármol blanco veteado y una banqueta de cuero negro con patas metálicas, el espacio combinó lujo y modernidad. Un espejo de cuerpo entero y una mesa auxiliar espejada lograban la amplitud visual, mientras que el arte contemporáneo enmarcado aportaba un guiño chic y personal.

El living del departamento de Guillermina Valdés destacaba por su amplitud y luminosidad, gracias a los grandes ventanales que tenían una imponente vista al Río de la Plata. Con pisos de madera clara que aportaban calidez, el espacio se encontraba completo con sillones de líneas modernas en tonos neutros y acentos de diseño, como una lámpara colgante de cristales y un globo terráqueo metálico. La decoración equilibraba confort y estilo, reflejando la estética sobria y elegante que caracteriza a la empresaria.
Además, contaba con un espacio en el cual se veía un sillón de estilo Chesterfield de cuero gris, un apoyapies con diseño geométrico, alfombra a tono con el sillón y una mesa de centro moderna, el ambiente lograba combinar lo clásico con lo actual. El arte y los libros decoraban la mesa lateral de líneas puras, lo cual daba personalidad sin saturar el espacio.
Frente a los ventanales, se destacaba una gran biblioteca de madera oscura repleta de objetos personales, esculturas y libros de arte, que convivía con una vitrina de cristales con vajilla refinada.


El comedor continuaba con el mismo lenguaje visual, con sillas tapizadas en azul profundo y grises que rodeaban una mesa de líneas modernas. Todo el entorno demostraba un aire urbano y chic, con detalles que revelaban una estética cuidada pero sin excesos.

Cada ambiente de la casa priorizaba el bienestar, la estética y la conexión con el entorno. La decoración no siguió modas efímeras, sino que respondía a un estilo propio, coherente y atemporal. El departamento de Guillermina Valdés en Palermo fue mucho más que un hogar elegante, fue un refugio que combinó diseño, calidez y una vista privilegiada al Río de la Plata.
MVB

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