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Una vez más había resucitado y encarnado en su mejor versión. Para contradecir a los agoreros de siempre, Diego Armando Maradona, llegó hasta el último de los diez programas de "La noche del Diez". Erase, el año 2015. CARAS cumplía su décimo tercer aniversario y había que desterrar la mala fama del número con una gala inolvidable, algo que sólo se podía lograr con la convocatoria de las máximas estrellas del firmamento de las celebridades. Trece: una por cada año de vida.
Diego era, más que nunca ese año, la estrella más deseada. El mejor jugador del mundo, el mayor provocador de alegrías, había gambeteado un ciclo televisivo en canal 13 donde se dio el gusto de entrevistarse a sí mismo, y hasta confesarle a Maradona lo que quería que pusieran en su lápida.
Le pusimos garra y fe. Diego contestó que SI, que agradecía el convite y confirmaba su presencia. Pero sabíamos que hasta el último segundo tendríamos el corazón en la boca. La certeza de la fe en algún momento flaqueó y la convocatoria mutó a 14 personalidades. Nunca se sabe como terminan los caprichos de los dioses.
El Sofitel de la calle Arroyo se tiñó de rojo, la gran gala estaba a punto comenzar y cuando pasaban los primeros minutos de las diez de la noche, llegó el astro. Lo esperaba la suite 510 acondicionada especialmente para él. Pero apenas estuvo un momento, sólo se miró en el espejo y nos dijo: "No quiero estar en la habitación. Quiero salir y estar con la gente".
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Apenas entró al salón Saint Exupéry se adueñó de todas y todos. Cumplió el sueño de todos: tanto de mozos, cocineros, pasteleros y asistentes, como el de Adolfito Cambiaso que deseaba conocerlo. Y así consteló el primer encuentro de los DIEZ del fútbol y del Polo. Adolfito le dedicó una casaca de La Dolfina a su ídolo y el futbolista le devolvió gentilezas con una remera xeneize. Emocionado, Cambiaso reconoció haber cumplido "el sueño de conocer a Maradona".
Hoy, las postales de aquella noche recuerdan el "Hola Presi" que le gritó al entonces flamante diputado y presidente de Boca Juniors, Mauricio Macri. También la frase que les dedicó a Valeria Mazza y Alejandro Gravier. "Ellos son mis amigos del alma y los amo por haber estado conmigo en los buenos y en los malos momentos de mi vida". Y hasta el paso de comedia que jugó con Mirtha Legrand cuando tomó prestados los guantes de seda colorada que lucía la diva y se los puso, no sin antes besarle las manos en señal de agradecimiento.
Fue el anfitrión del aniversario. El que dirigió el coro de "Feliz cumpleaños revista Caras" junto Susana Gimenez, Mirtha, Marcelo Tinelli, Adolfito Cambiaso, Mauricio Macri, Adrián Suar, Araceli Gonzalez, Soledad Silveyra, Andrea Frigerio, Nicole Neuman, Osvaldo Laport y Mariano Martinez.
Y además honró su palabra. "Deseaba estar en esta fiesta. Fui el primero en llegar y seré quien cierre la puerta". Después del brindis, los buenos deseos, las fotos, la emoción de los encuentros y las celebridades que agradecían por ser parte de una gala inolvidable, Maradona se sentó como si de un fogón se tratara. El, en el medio de un círculo de privilegiadas almas, escuchamos de su boca las confesiones que se le dedican a los amigos.
"Estoy eufórico en esta fiesta después de haber terminado un programa tan maravilloso como "La Noche Del Diez" que me dio tantas satisfacciones. Hice 13 programas después de haber estado muerto"
Quizá porque siempre volvía de la muerte, todavía seguimos incrédulos, schockeados y recordándolo más vivo que nunca, anfitrionando eternamente nuestra gala aniversario.
