Tato Bores cumpliría 100 años. Una cifra que se dice pronto, pero que deja ver toda el agua que ha corrido desde su fallecimiento. A pesar de eso, su legado sigue intacto y muchos de sus discursos se mantienen impolutos hasta el día de hoy, a tal punto que se los podría incluir en el presente sin mayores problemas, quitando referencias a las fechas, claro está.
A pesar de la inmortalidad de sus palabras, han pasado ya 28 años de su muerte. Casi tres décadas en la que la vida siguió adelante y cada uno de los suyos pudo hacer su camino, siempre teniéndolo presente, claro está. Un ejemplo de esto es lo que sucede con Manuel y Malena, sus nietos.
Manuel y Malena, los nietos de Tato Bores que se alejan de las convenciones
A diferencia de los hijos de Tato Bores, Alejandro y Marina, Manuel y Malena no se han dedicado a la escritura, al menos no del todo o en un aspecto profesional. Ambos han elegido caminos opuestos, aunque cargados de significado, desafiando las convenciones sociales.
Manu Borensztein es médico, egresado de la UBA y desde hace más de tres años trabaja en el Hospital Alemán. Antes de eso estuvo en el Centro Médico Austral y hasta llegó a ser auxiliar docente de cátedra.
Sin embargo, lo que más lo destaca, lo que más lo define, es su otra parte del curriculum. Porque además de tener estudios universitarios y trabajar a partir de ellos, el nieto de Tato Bores es músico y, según explica él mismo, lleva activo desde el 2009.
Malena Borensztein también es otra persona que desafía lo que se puede esperar y elige un camino distinto. Su profesión principal es la de modelo y forma parte de una agencia, sin embargo, también posee otra vocación muy llamativa.
La hija de Marina Borensztein tiene pasión por la Astrología y se recibió en 2023 en un centro especializado. Antes de eso había estudiado Comunicación Social en la UBA, aunque a los dos meses de cambiar de aire y enfocarse en lo que realmente quería.
Los caminos de Manu y Malena Borensztein se alejan un poco de lo convencional. Una característica que bien podría definir a Tato Bores, cuyos valores siempre han buscado que cada uno decida y haga lo que quiera.
