Susana Romero fue la especial invitada a Entre Nos, el ciclo de entrevistas de Tomás Dente en Net TV.
La icónica actriz de los 80 reveló cómo fue su dura infancia y también los difíciles momentos de salud que le tocó atravesar.
Susana Romero comenzó su carrera como actriz en el programa de Alberto Olmedo, No toca botón, junto a Javier Portales, y a otras figuras como Silvia Pérez, Beatriz Salomón, Adriana Brodsky y Divina Gloria.
Además de ser modelo, también se lució como conductora y también protagonizó parte de las exitosas ficciones de la televisión como Sos mi vida, Mis problemas con las mujeres y el unitario, Mitos, crónicas del amor descartable.
Sin embargo, su vida no fue ostentación ni fiestas sino que también atravesó una complicada infancia. "Yo no tuve una infancia de abrazos, de besos y de caricias de parte de nadie. Eso debe ser lo que me mueve a ir para adentro todo el día”, confesó la actriz sobre sus padres cordobeses.
"Siempre me dijeron que tenía una mirada triste, melancólica. Me han faltado tantas cosas con respecto al cariño; me cuidaron, pero siempre me faltó el abrazo y el beso", recordó.
Las complicaciones en la salud de Susana Romero
La vida de Susana Romero también estuvo marcada por desafíos de salud, que fueron atribuidos al estrés. “Cuando comenzó la pandemia, me sometí a una operación importante por primera vez. Me colocaron cinco stents en el corazón y otro en la pierna porque todas mis arterias estaban obstruidas. Los médicos no entendían la razón, ya que no soy fumadora y soy vegana. Pero es el estrés, que se convierte en veneno."
"La Negra" reconoció que esta situación le permitió cambiar su perspectiva de vida. "Fue punto de inflexión en su vida. A partir de ahí, comienzas a tomar conciencia sobre el tiempo, la vida y la muerte", recordó.
Luego, Susana Romero asumió que decidió dar un cambio de timón. "Este tipo de intervenciones te quita años de vida, salud y muchas otras cosas. Te envejece y te quita las ganas de hacer cualquier cosa. Hoy no quiero hacer nada porque no tengo las fuerzas ni las ganas. Y no sé si podría comprometerme con un programa diario, porque no sé si seré capaz de cumplir”, concluyó.