Conocé a los hermanos argentinos detrás de la exitosa adaptación de "IT"

Llevan el amor por el cine casi grabado en su ADN. Porque fue desde muy temprano en su infancia cuando Andy Muschietti (46) y su hermana Bárbara (47) comenzaron a experimentar esa combinación de miedo, adrenalina y atracción que generan las películas de terror. “Nuestro padres siempre nos llevaban al cine. Y cuando no podían porque éramos demasiado chicos, papá nos relataba cada película que habían visto. Así conocimos Terminator, Rambo y Blade Runner”, cuentan. Entonces Andy, que desde muy chico desarrolló un eximio talento para el dibujo, comenzó a plasmar sus monstruos más allá del papel. “Empecé a dibujar en la paredes porque mis viejos me dejaban. Para mí dibujo y cine eran lo mismo. Llegué a estar tan sugestionado que a los 12 o 13 era un poco insomne”, admite el cineasta.

“Después hubo otro evento que transformó todas las cosas: ¨Viaje a lo Inesperado¨, el ciclo de películas de terror conducido por Narciso Ibáñez Menta y luego por Natán Pinzón. A los seis y siete años fuimos expuestos a películas de terror que nos dejaron marcados”, agrega Andy. “Yo no sufría las secuelas pero él, que era más chico, sí. La primera palabra que Andy reprodujo fue ¨Zorro¨ y a los dos años, cuando la copió de tanto verla en la tele”, confiesa con humor su hermana. Y así, a puro susto, creatividad y estímulos fue como crecieron los hermanos Muschietti.

“Desde siempre supe que quería hacer películas y Barby también. Terminé el colegio y me metí en la Universidad del Cine, ella cursó su carrera en Los Ángeles y creo que la idea de trabajar juntos fue algo natural y que iba a darse sin siquiera discutirlo. Filmaba cortos, me empecé a ganar la vida como storyboardista, después caí en la publicidad y hacía comerciales. Bárbara trabajó en Los Ángeles, después en Londres y finalmente nos encontramos en Barcelona, España”, detalla el director que en esta nueva película incluye dos guiños a su tierra: los colores de su querido club Independiente y el mate.

Pero con el tiempo y la inquieta escritura de Andy, la dupla filmó un corto de terror (Mamá, 2013) que atrajo la mirada de Guillermo del Toro y entonces el director de “La Forma del Agua” y “El Laberito del Fauno” les propuso llevarlo al largometraje con su producción ejecutiva. El éxito de la cinta fue tal que Andy y Bárbara terminaron analizando proyectos en Hollywood. Después de un tiempo supieron que buscaban director para la adaptación de “It” (Eso), el clásico de Sthephen King y todo encajó: Desde la eterna admiración de Andy por el escritor, a quien había leído durante toda su adolescencia, su renovada versión de la historia y del siniestro payaso “Pennywise” y hasta el espectacular éxito de taquilla. En 2017, el film del argentino recaudó 700 millones de dólares en todo el mundo y se convirtió en la cinta de terror más taquillera de todos los tiempos.

De regreso a la Argentina para presentar “It Capítulo 2”, segunda parte de la saga a estrenarse el 5 de septiembre, Andy y Bárbara le contaron a CARAS como viven esta nueva visita a su tierra. “Volver siempre es lindo. Ya sea por los afectos, la familia y el poder reecontrarse con amigos. Pero hacerlo presentando la película, en un primer preestreno a nivel mundial, es muy importante para nosotros”, asegura el cineasta, quien mantiene una “muy buena relación epistolar” con King, luego que el escritor lo felicitara por su film. “Es algo muy emocionante. Realmente sentimos mucho apoyo y no te pasa en todos lados. Es muy especial sentir que los fans argentinos nos quieren y quieren la película y entienden su significado”, subraya su hermana.

—¿Cómo es trabajar juntos siendo hermanos?

Bárbara:—Yo soy la hermana mayor que está como cuidándolo siempre y es un poco lo que pasa con nuestras funciones. Andy es muy director y yo soy muy productora.

Andy:—Es un equilibrio que venimos consiguiendo a los golpes (risas) porque también tenemos nuestros encontronazos, porque un director y un productor van para el mismo lado y trabajan juntos con el mismo objetivo y queriendo hacer la misma película, pero hay momentos en que las necesidades de producción chocan con las necesidades creativas. Como, por ejemplo, cuando nos pasamos de horas de filmación. Llega un momento en que el productor dice “tenemos que parar” y el director tiene que decir, si tiene integridad artística, “tenemos que seguir”.

B:— Lo que pasa es que Andy es un perfeccionista absoluto y tiene tan claro lo que necesita que hasta que no lo consigue, no afloja. Y otra versión de eso no le sirve, entonces lo lleva siempre al límite, e incluso cuando encontró lo que quiere se da cuenta de que puede haber otra cosa mejor. Aunque lo peleo muchas veces, y hay algunas que le tenemos que poner límites porque somos humanos y tenemos horarios de equipo, hay otras en que salen cosas fantásticas por dar un paso más. Es un balance que tenemos que entender los dos. Aunque a veces le agarre a él una pataleta. Pero también somos hermanos y nos peleamos porque llega tarde o porque pega el chicle en la taza de café y ese tipo de cosas (risas de los dos)

A:— Bueno, mi único comentario es que hay que ver el cuadro glogal y es que somos un buen equipo. Hay veces en que hay roses, es cierto, pero Bárbara es una gran productora.

—¿Cuál es el próximo proyecto de la dupla?

A:— Definitivamente ¡tener vacaciones!

B:— Hace cinco años que no paramos y no hemos tenido más de tres o cuatro días libres. Necesitamos para el bien de nuestras cabezas dos meses de contemplación. A partir de allí tenemos un ramillete de proyectos que nos esperan.

Andy:— Yo tengo ganas de volver a escribir, algo que no he hecho desde mi película “Mamá”. Así que veremos.

Fotos: Marcelo Dubini

Producción: Alicia Blanco

Agradecimientos: Hotel Alvear.