En la moda todo es cíclico, todo vuelve. Y ahora es el turno del bolso de mano que le otorgó vida eterna la Princesa Diana y qué sé convirtió en su fiel compañero durante cada evento. Además de ser rebautizado y homenajeado con su nombre ''Lady Dior''.
La primera vez qué sé la vio con este bolso, fue cuando se llamaba ‘’Chouchou’’, en el transcurso de su visita en Francia, la Primera Dama Francesa, Bernadette Chirac, pidió a la Maison que creara un obséquio con el objetivo de caerle bien. En aquella época la popularidad de la princesa estaba más arriba que nunca, por lo tanto, debía ser a su altura, que rebalsará de sofisticación, elegancia y por supuesto, admiración.
Su primera aparición fue en la inauguración de Paul Cézanne en el Grand Palais de París en 1996, con un nuevo modelo Dior que aún no había salido a la venta, diseñado sólo para ella, desde ese momento se la vería con una cartera Dior, en diferentes versiones, colores. Pero no fue hasta finales de aquel año, en la gala del MET, cuyo tema era celebrar el impacto de Christian Dior, cuando hizo su entrada, fue con un bolso aún más pequeño, color azul oscuro satín, el mismo que su vestido lencero diseñado por John Galliano y en el cuello un collar de perlas con un gran zafiro, que combinaba a la perfección con sus ojos celestes.
Este modelo es el predestinado y qué será relanzado por Dior de forma limitada. Del mismo color azul satén que el original, adornado con brillos, sublimado con sus respectivas letras, además con los delicados ''charms'' de la suerte ‘’Dior’’, que Christian Dior, creyente de la superstición, llevaba a todos lados.