Los príncipes Charlene y Alberto de Mónaco volvieron a ser anfitriones e impactar con su elegancia. La familia Grimaldi una vez brindó su acostumbrada gala, que este año se realizó bajo la consigna “El Baile de la Rosa al atardecer”.
Fue en los ’50 cuando la bella y amada princesa de Mónaco Grace Kelly impuso la tradición del Baile de la Rosa y desde entonces es uno de los eventos más glamorosos y emblemáticos del principado. Tal es así que el diseñador Christian Louboutin tiene la responsabilidad –desde que falleció Karl Lagerfeld- de organizar la increíble fiesta.
Para la 69.ª edición de la celebración, que recauda fondos para la Fundación Princesa Grace ONG que apoya a niños en situación de vulnerabilidad y finanza programas humanitarios, los salones de la Salle des Étoiles del Sporting de Montecarlo volvieron a cubrirse de brillos y colores.
Este año todo se convirtió en un “paraíso tropical caribeño” con exuberante decoración floral en tonos vibrantes evocando un colorido paraíso que sumó el Mónaco Sunset Bar simulando un café junto al mar.
Los looks del mítico Baile de la Rosa
Espléndida, Carlota Casiraghi no apostó por la explosión de colores y lució un clásico vestido negro corte princesa con corsé enjoyado de Chanel y cabello recogido con gran moño.
La princesa Carolina, como siempre, lució radiante con un clásico diseño Chanel, con hombro descubierto y delicados bordados florales en plata, más un gran broche, el “Reed Stomacher” de Chaumet, de 1893.
Pero fue su cuñada, Charlene, esposa del príncipe Alberto, la opacó con un traje midi negro strapples y un “sobre vestido” asimétrico semitransparente de encaje verde de Dolce&Gabbana (de 5.500 euros), más un clutch dorado de la misma firma e increíbles aros de diamantes.
Hubo baile, música caribeña del grupo Kozèika Panam y Ethnick97, divertidos sorteos con lujosos premios, show de la bailarina Blanca Li y un cierre de fiesta con los Earth, Wind & Fire Experience by Al McKay (guitarrista original de la icónica banda).
Todos brindaron y celebraron felices imaginando que la princesa Grace Kelly hubiera estado orgullosa de sus descendientes.
FOTOS: AFP
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