El 11 de enero del 2025 el buque escuela Juan Sebastián Elcano inició una nueva travesía con 76 guardiamarinas, entre ellos, la princesa Leonor. La hereda al trono de España realiza su formación militar, como lo hizo su padre, Felipe VI, y su abuelo Juan Carlos I, y durante seis meses realizará una travesía que culmina en Nueva York, y culminaría con el regreso el 25 de julio.
Actualmente, se encuentra en una etapa de la travesía en la que no tocarán tierra firme por 22 días y en esta etapa los tripulantes vivirán uno de los momentos más esperados, que tendrá su gran celebración y "ceremonia" tradicional.
El bautismo para la princesa Leonor
El buque escuela Juan Sebastián Elcano, con la princesa Leonor a bordo, realiza su tercera etapa del viaje, que consiste en la navegación hacia el sur, en el que no se tocará tierra firma hasta arribar a su próximo destino: Salvador de Bahía, Brasil. En esta parte de la travesía, habrá diversos cambios en las actividades de los estudiantes debido a las condiciones climáticas, con altas temperaturas.
Además, de cambiar el tipo de vestimenta, los tripulantes comienzan a hacer sus actividades cubierta, a tal punto que se colocan duchas de agua salada en el sitio para que se utilicen cuando lo precisen. Pero además, en esta instancia sucederá uno de los momentos emblemáticos de la preparación que tienen los estudiantes de la entidad militar: el bautismo en el Ecuador.
La embarcación está próxima a cruzar la línea del Ecuador, previa a llegar a Brasil. En esta instancia, se realiza una tradicional ceremonia para celebrar este objetivo, con humor y alegría. Históricamente, el festejo consta en honrar a Neptuno, el rey de los mares y los océanos. Para ello, unos de los tripulantes se disfraza de esta figura y desde su trono realiza una ceremonia en el que participan marineros, guardiamarinas y oficiales, vestidos para la ocasión.
Este evento tiene duración de algunas horas y se realiza un cambio de roles de tareas, así que marineros de máquina pueden convertirse en cocineros, por ejemplo, así se realiza un intercambio de tareas. Pero además, los navegantes primerizos serán bautizados en una ceremonia donde se les arroja un líquido con colorante y aceite, y en ese momento deben pagar un tributo a Neptuno y cada uno de ellos debe dejar un mechón de pelo, que es cortado por otro compañero.
De esta manera, toda la tripulación vive una jornada distinta y descontracturada, sin dejar de cumplir sus tareas a bordo. Una vez atravesado el Ecuador, las actividades en el buque vuelven a la normalidad y continúan viaje.