Carolina de Mónaco ha logrado que sus hijos crezcan lejos de la rigidez de la corona y puedan volcarse por cumplir sus vocaciones. Andrea, Carlota, Pierre y Alejandra heredaron el magnetismo de su abuela Grace Kelly, pero eligieron un destino distinto al de los príncipes de cuento. En lugar de una vida dedicada al protocolo, han preferido apostar por trayectorias profesionales, proyectos culturales y un gran compromiso con causas sociales.
Qué hacen hoy los hijos de Carolina de Mónaco: Andrea, Carlota, Pierre y Alexandra
El mayor es Andrea Casiraghi, y fue durante años la cara más mediática de la familia. Estudió en Suiza y Canadá, donde se graduó en Política y Artes Visuales. Aunque en su juventud protagonizó portadas por fiestas en Saint-Tropez o Ibiza, pronto se volcó en el trabajo humanitario. Ha colaborado con ONGs en África y Asia y participa activamente en la Fundación Princesa Grace. Vive en Suiza junto a su esposa, la heredera Tatiana Santo Domingo, y sus tres hijos. Hoy es un padre dedicado que aparece solo en contados actos oficiales.

Carlota Casiraghi, nacida en 1986, combina elegancia, intelecto y modernidad. Estudió Filosofía en la Sorbona, publicó ensayos y promueve debates en los Rencontres Philosophiques de Monaco. También ha trabajado con Chanel y Gucci, aunque su interés principal está en reflexionar sobre la sostenibilidad en la moda. Madre de dos hijos —Raphaël y Balthazar— mantiene un perfil sobrio pese a la curiosidad que despierta su vida personal.
Pierre Casiraghi nació en 1987 y heredó el espíritu aventurero de su padre. Economista formado en la Universidad Bocconi, dirige empresas familiares como Engeco y Monacair. A la vez, se ha destacado como navegante y mecenas en proyectos medioambientales. Casado con la periodista italiana Beatrice Borromeo, tiene dos hijos y espera una niña para fines de 2025.
La menor, Alexandra de Hannover, es la única con título real. Nacida en 1999, estudió en Columbia, donde en 2024 obtuvo un máster en Historia y Literatura. Su perfil es el más reservado: prefiere los libros a los flashes y ha manifestado su interés por dedicarse a la escritura. Comparte su vida con el empresario alemán Ben-Sylvester Strautmann y mantiene una estrecha relación con su madre.
Los hijos de Carolina de Mónaco son parte de una nueva y muy humana generación de la realeza. Formados en universidades de prestigio y comprometidos con causas culturales y sociales, representan un modelo distinto para Mónaco.
F.A