Algunos años atrás, Máxima y Guillermo de Holanda impusieron un código de conducta para la prensa que 'invita' a respetar los momentos privados de la familia. El pasado mes de diciembre los reyes asistieron al estreno de la obra teatral que protagonizaría su hija, la princesa Amalia. Un medio holandés no obedeció lo pactado con antelación y emitió imágenes desde adentro de la sala, donde se la podía ver a la argentina junto a su marido disfrutando del espectáculo.
Al sentirse traicionados, la pareja real tomó una contundente decisión contra el programa RTL Boulevard y el cronista que había conseguido el material: quedaron vetados para registrar el posado en la nieve que la familia realiza todos los años y que está previsto para mediados de febrero. Un contundente gesto que deja por sentado precedente ya que a partir de ahora la prensa holandesa pensará dos veces antes de sacar a la luz material perteneciente al ámbito privado de los reyes.
Recordemos que meses atrás, Máxima y Guillermo tuvieron otro dolor de cabeza cuando desde los medios viralizaron imágenes de la argentina bailando flamenco junto a sus hijas en las Ferias de Sevilla. En aquel entonces, desde el Gobierno holandés pidieron que se dejara de emitir las imágenes, lo que causó gran indignación entre los periodistas holandeses, ya que consideraban que la prensa española había trabajado en Sevilla con total libertad.