Los nervios le jugaron una mala pasada a Verónica Ojeda (36) que desde la madrugada del jueves 3 estuvo despierta esperando el momento en el que su hijo Diego Fernando Maradona (3) entrara por primera vez al Jardín de Infantes.
La noche anterior madre e hijo dejaron preparado el impecable uniforme de remera blanca, pantalón y zapatillas que se completó con una mochila con la imagen de Mickey. Minutos antes de las 8:30, horario estipulado para el ingreso de los niños al colegio, Dieguito llegó muy entusiasmado de la mano de su mamá.
Acompañado también por sus padrinos, sus tíos y abuelos, el pequeño hijo de Maradona arribó al Colegio Grilli Canning de Monte Grande y apenas vio a su maestra la tomó de la mano y se fue con ella.
“Resultó muy impactante para mí esta experiencia, pero para él fue algo muy natural. Dieguito es muy dado y súper simpático”, contó Verónica emocionada. “Yo lo espiaba y me encantó verlo cómo jugaba con otros nenes pero como todavía no habla, después no me comentó nada. Seguro que a partir de esta nueva experiencia se va a soltar a hablar sin parar. Cuando lo vi irse de la mano de su señorita lloré muchísimo y pensé: ya empezó a ser un hombre”, agregó Ojeda.
El gran ausente del importante momento en la vida del pequeño fue, sin dudas, Diego Maradona (55), el padre del pequeño, que está en Dubai. “Le avisé a Diego a través de sus abogados que su hijo comenzaba el Jardín pero no hubo ninguna respuesta. El se lo pierde”, concluyó una orgullosa mamá.