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ACTUALIDAD 21-03-2016 09:31

Mariana de Melo: "Soy Cenicienta"

Mariana de Melo en su mansión a punto de ser mamá de Lupe Galería de fotosGalería de fotos

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La amplia sonrisa de Mariana de Melo (32) repentinamente desa-parece de su rostro dándole lugar a un gesto de intenso dolor. Es sólo un instante y la sonrisa reaparece. Inmediatamente se sienta, a la vez que acaricia su enorme panza, el dolor vuelve y le hace cerrar sus ojos. “Tengo contracciones”, afirma con visible emoción. Embarazada de 8 meses, la beba que está gestando en su vientre y que se llamará Lupe, se mueve incesantemente. Toma la mano de su marido y la lleva a la panza para compartir ese momento mágico. El último tramo del embarazo coincide con la mudanza a la enorme casa de Nordelta. Aún faltan detalles de la decoración sin embargo, la cuna de la beba ya está lista. “Estuvimos buscando más de un año este embarazo. Estaba ansiosa y eso me jugaba en contra. Hicimos la consulta con un profesional quien me recomendó que me relaje, así que con mi marido (José Fortunato) hicimos un viaje. Al regreso comencé a sentirme rara y con algunos vómitos. Me hice el test de embarazo y recibimos la gran noticia”, cuenta.

Mariana dice ser una privilegiada con un presente maravilloso y un marido del que está plenamente enamorada. “Nos presentaron amigos en común y, al poco tiempo ya estábamos conviviendo. Desde entonces nunca más nos separamos. Tuve ofrecimientos para hacer teatro en Carlos Paz y en Mar del Plata, pero deseché todo para estar con él”, comenta mientras abraza a su marido y agrega: “Estar juntos es maravilloso. Lo amo, lo admiro y además nos divertimos mucho. Nuestra convivencia es mágica. Con José el tiempo se detiene y es como estar en un cuento. En realidad, mi vida es un cuento”.

Mariana se pone pensativa y recuerda sus orígenes: “Nací en un pueblo de Misiones. Tengo 8 hermanos y soy una de las mayores. Mi mamá se fue cuando yo era muy chica y quedamos solos al cuidado de mi papá que trabajaba sin parar. Cumplí el rol de madre con mis hermanos menores y desde muy chica trabajé. Cuidé niños y también fui mucama”, relata y continúa: “La primera vez que vi un televisor, tenía 15 años. Iba caminando por el barrio y en una casa tenían la puerta de calle abierta y la TV prendida. Al ver esas imágenes me paralicé. Nunca había visto nada igual”, dice la ex vedette.

A los 18 recién cumplidos viajó a Buenos Aires buscando un mejor porvenir y así fue como ingresó al medio donde pudo hacerse un lugar a fuerza de sufrimiento y muchas veces con el desprecio de sus propios compañeros que la burlaban. “Cuando me convocaron de “Ideas del Sur” acepté inmediatamente. La propuesta era para “Patinando por un Sueño” y yo no tenía ni idea de qué era eso. No sabía que existían las pistas de patinaje sobre hielo y como una tonta lo comenté. Se burlaron tanto de mí que yo no podía parar de llorar. Y como resultado, me pusieron “la llorona”. Incluso me escribieron una canción para burlarse aún más. Siento que fueron muy duros conmigo”, cuenta disimulando una lágrima que quiere asomarse. “En medio de eso, sufrí un grave accidente automovilístico que casi me cuesta la vida y creo que estoy viva de milagro, pero la vida me premió con este presente maravilloso. Cada cosa que viví fue muy especial. Incluso mi propuesta de casamiento”, dice y se prepara con entusiasmo para rememorar el momento en que su marido le pidió que fuera su mujer: “Estábamos de viaje en un lugar paradisíaco. Era el día de los enamorados. José me dijo que a la noche tendríamos una cena romántica en la playa. Acepté su propuesta a pesar de saber que no había ningún restaurante ahí. Al llegar al lugar veo un camino de pétalos de rosa y ahí una hermosa mesa preparada para la cena. Fue una imagen impactante. Comenzamos a cenar y en un momento me dijo que había algo de mí que no le gustaba. Me quedé en shock y al ver mi reacción continuó diciéndome que me faltaba su apellido y que por eso quería que nos casáramos y me entregó un anillo”.

A partir de ese día Mariana sintió que se convertía en la Cenicienta. Que estaba viviendo un cuento de hadas y no puede pedirle más a la vida:“Soy la cenicienta pero de verdad, y no me olvido que soy una chica de pueblo que tuvo muchos sueños. Y la vida me dio mucho más de lo que pude imaginar. Y encima ahora nacerá Lupe. Soy una elegida”.

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