Los ojos se le humedecen y su voz se quiebra. Se esfuerza por no llorar, bebe un vaso de agua pero le resulta imposible contener las lágrimas. Con el emoción a flor de piel, el delineador de maquillaje corrido y un nudo en la garganta, Gladys “La Bomba Tucumana” (52) deja expuesto su costado más vulnerable, aquel que cobra fuerza cuando habla o menciona a su hijo Santiago Ariel “Thyago” Griffo(25). “Me va a entender cuando sea padre”, repite hasta el cansancio la popular artista tropical, participante del “Bailando por un Sueño” al igual que su heredero, mientras acentúa sus despampanantes rizos rubios y pide que le retoquen el make up.“Es mí único hijo. Todo lo que tengo en esta vida. Cuando era más chico y vivía conmigo en Tucumán lo vestía en la cama mientras dormía, le daba la tostada en la boca y calentaba su ropita en la estufa. Hasta que a los 19 se independizó y se fue a vivir a Córdoba, cerca de su padre. Un día cortó el cordón y me mató. Me dejó muerta en vida aunque para mí jamás se va a cortar. Por más de que tenga mil o ochenta años, siempre va a ser mi bebé, hasta el día que yo me vaya de esta vida”, expone. A su lado, el joven cantante, líder del grupo musical cordobés de cuarteto “Trulalá”, seca sus lágrimas y la contiene sosteniendo sus manos.“Ella me dio todo lo que tengo, lo que soy y siempre se lo voy a agradecer. No podría imaginar mi vida con otra mamá, se que me tocó la mejor. Tenemos una conexión y una simbiosis única”, asevera.
La cálida suite del hotel Cristóforo Colombo, donde ambos se alojan durante su estadía en Buenos Aires, funciona como escenario de su primer shooting juntos. Entre toma y toma, bromean, se sacan “chispas” y exhiben con orgullo un tatuaje que comparten desde hace dos años y que lleva grabado la palabra Amor junto al signo infinito.“Me llama 20 veces por día pero la atiendo una”, cuenta él y ella, rápidamente, le reprocha: “Vos tenes que atenderme hijo, mirá si te pasa algo y no me entero”. Efusiva y alegre, Gladys pasa de la risa al llanto en un instante. “Sufro por su ausencia cuando no lo veo y tengo mucho miedo cuando viaja en la ruta a tocar con su banda, la paso mal. Conozco la ruta y viví muchas tragedias de colegas. Él se baja de un avión y yo lo llamo y le pregunto por dónde va, quién maneja. Tengo terror y me imagino millones de cosas. Me da pánico que suene mi teléfono”, admite preocupada mientras sostiene con fuerza un collar que mandó a grabar con los nombres de cada uno. “El mío dice Thyago y el de él Gladys, los intercambiamos. Es una manera de sentirnos cerca”.
Sin cámaras a su alrededor, la cantante le da respiro a su faceta más combativa y asegura que cuando se trata de las parejas de su hijo, prefiere mantenerse al márgen ya que él toma sus propias decisiones. “Solo le pregunto con quién sale y él me cuenta hasta donde quiere”, admite al mismo tiempo que Thyago, quien mantiene una relación con la bailarina de “Showmatch” Rocío Robles (24) , revela: “Cualquier chica quisiera tener una suegra como mi mamá, es todo lo contrario a lo que se imaginan”. Ella, sonriente, asiente con la cabeza y recuerda: “Todas sus novias me amaron y yo a ellas. Venían a mi casa y las esperaba con flores. La gente cree en su fantasía que yo mando a mi hijo y que es un pollerudo pero por suerte él tiene su carácter y personalidad. A Rocío nunca tuve la oportunidad de conocerla bien”.
Los últimos minutos de entrevista concluyen con la llegada, silenciosa, de Sebastián Escacena el actual novio de la artista.“A Sebita lo quiero mucho. Los novios de mi mamá siempre fueron respetuosos y ya entraron sabiendo de raiz como viene la mano y de qué juegan”, dice el joven cantante y coincide con su mamá en que no son celosos el uno del otro. “Ni ella me cela ni yo a ella. Sabemos que nada ni nadie supera este amor que nos tenemos, es un sentimiento que está más allá de todo”.
Desde los tres años, edad que tenía Thyago cuando sus padres se separaron, madre e hijo forjaron un vínculo irrompible. Cómplices, hoy celebran esa unión con CARAS y aseguran que no imaginan la vida el uno sin el otro. “No creo que ninguna mujer ame a mi hijo más que yo. Nada supera el amor de una madre pero ojalá que alguien llegue a amarlo el 10 por ciento de lo que yo lo amo. Anhelo que forme una familia, eso que yo no pude lograr y encuentre alguien que ame su alma y su corazón”, relata y admite que solo la llegada de un nieto podrá equiparar ese amor que se tienen. “Quiero ser una abuela jovial asi que no quiero que se demore mucho. Va a ser un problema porque voy a tener una obsesión con esos hijos. ¡Pobre criatura! Quien sea su mamá me va a odiar”, concluye entre risas.
por Sabrina Galante
(Producción: Fernanda Vaudagna)
M.DUBINI/PERFIL
Agradecimientos: Maquilló y peinó: Sebastián para Estilo Sebastián con productos Alfaparf Milano. Pelo Sebastián y Yamila. Vov jeans, el Galpón, Gafas by Ranieri. Viamo. Hotel Cristóforo Colombo. Romina Vallone.