Está ansiosa, por momentos nerviosa pero siempre muy feliz. Una enorme sonrisa se dibuja en su rostro y un brillo especial inunda su mirada. Vicky Xipolitakis (32) asegura que se siente plena disfrutando del maravilloso momento que le dio la vida, esperando ansiosa el nacimiento de su hijo Salvador Uriel.
Sólo tres semanas le faltan para poder acunar entre sus brazos el fruto de su amor con Javier Naselli (52). Y para calmar tanta ansiedad, el último mes se abocó a la organización del “Baby Shower” de su hijo pensando cada detalle de una celebración que para ella era muy importante y que pasará a formar parte de su bagaje de recuerdos.
“Vivo el último mes de embarazo muy pero muy feliz. Disfruto enormemente de mi panza. A cada momento la acaricio y pienso ‘¡Ya falta tan poquito!’También estoy muy ansiosa porque casi no duermo, me levanto a cada rato de la cama y tengo contracciones. ¡Estoy con una ansiedad tremenda! ¡Siento a cada rato que rompí bolsa…! Pero a la vez vivo una inmensa felicidad que quiero disfrutar porque sé que es un momento único en la vida e irrepetible”, cuenta Vicky mientras se prepara en la suite del noveno piso del Hotel Meliá.
Desde el gran ventanal con balcón se divisa una increíble postal de la puesta de sol sobre la city porteña. Pero a ella los nervios no le permiten apreciar nada. Un séquito de amigos la asisten para que ningún detalle quede librado al azar. Todo en el más absoluto secreto. Ni Javier conoce los detalles que ella supervisó.
En el segundo piso del hotel, en el Salón García Lorca, con un deck con jardín, Tamara Pont de Princess Eventos repasa los últimos toques de una deco con pérgolas de globos en celeste pastel, con cien rosas blancas ecuatorianas, mobiliario Luis XV, torres de chocolates, bombones en forma de ositos y en cada mesa descansan las bolsita de tela sublimada con los souvenirs: frascos de dulce de leche y mermelada de naranja, plantitas de menta y aromáticas, todo personalizado en Salvador.
Desde su celular, Vicky siguió cada paso de la organización mientras Martín Blanco la maquillaba, Rodrigo Medina la peinaba y su inseparable amigo Leo recibía el increíble vestido con el que ella soñó para ese día y se lo mandó a hacer con una diseñadora ucraniana, obviamente, en tules celestes con pasamanería dorada.
“El Baby Shower es una costumbre americana que llegó a la Argentina y se hace como una tradición en el último mes de embarazo. Y yo como quiero que a mi hijo no le falte nada, cuando se trata de festejar y dar alegría, siempre estoy presente con todas mis energías. Porque vine a este mundo a dar alegría. Ese es mi don. Yo no trabajo para vivir, vivo para ser feliz”, confiesa al tiempo que cuenta que Salvador, antes de nacer, ya tiene 58 mil seguidores en su Instagram.
“En dos o tres semanas llega mi principito que ya es un influencer en las redes sociales. ¡No puedo creerlo, me sacó protagonismo antes de nacer..!”, asegura acariciando su panza y lanzando una de sus estruendosas carcajadas.
Mientras en el salón los invitados son recibidos por un gigantesco oso Papa Noel, el ansioso futuro papá, Javier, con traje y moño en celeste, comienza a oficiar de anfitrión. La familia Xipolitakis en pleno fue la primera en llegar: sus papás Elena y Manuel, y sus hermanos, Nicolás (22) y Stefi (33) -con increíble vestido de Jorge Rey- junto a su novio Sebastián “Ruso” Pelisch. Al tiempo que Sergio Vadilla, micrófono en mano, toma la conducción del evento. Moria Casán es la invitada que más revuelo provocó en su desembarco. De su reciente viaje por Europa le trajo una increíble mochila de buho, en los colores del Arco Iris.
“Salvador es un bebé de los definidos ‘Arco Iris’ porque viene al mundo a dar alegría y luz a toda la familia. Y, como ya le anticipé, que se prepare porque son niños muy traviesos”, vaticinó como toda una madrina de lujo.
“Vicky quería un príncipe en su vida y me decía que tenía que ser igual o superar a su padre porque sino se quedaba sola en la vida.. Y creo que encontró más que eso porque tiene a un rey. La vida de Vicky siempre ha sido maravillosa e impredecible”, repitió la diva. Y cuando todos se preguntaban por la homenajeada, hizo su ingreso al salón una gigantesca caja de regalos de la que, sorpresivamente, salió Xipolitakis. Hubo pétalos, papelitos plateados y gran emoción en abrazos y besos mientras un saxo y un dúo de violines se sumaban a un clima de algarabía.
“El Baby Shower fue todo idea mía con la ayuda de Princess Eventos. Desde hace más de tres meses que venía pensando y trabajando para que mi hijo este día tuviera todo y no le faltara nada. La verdad es que tuve un embarazo maravilloso que me permitió hacer de todo y me llenó doblemente de energías. Porque ahora siento todo de a dos”, cuenta con su rostro iluminado. Y la pregunta surge sola, porque hasta ahora cuando Victoria habla la figura de Javier parece ausente.
“El participa pero me deja hacer todo y tomar la iniciativa. Porque cuando viene un bebé engendrado con amor, sin dudas, es el regalo más lindo que te puede dar la vida. Creo que con el papá hablamos un mismo idioma cuando se trata de Salvador porque nuestro bebé es todo amor. Después, hay otros temas en los que somos diferentes y pensamos diferentes pero Salvador nos une en el amor”.
-¿Y cómo se imagina que será como papá?
-Javier va a ser papá por primera vez a esta altura de su vida y por eso, como yo, está muy ansioso. Piensa todo el tiempo en que estos son los últimos días que tenemos para disfrutar de la gran panza y la acaricia y le canta. ¡Está embobado! El siempre me acompañó mucho en cada visita al médico y, aunque no lo hagamos tan público porque su perfil es bien bajo al contrario del mío, vive pendiente de mi y de su hijo. Desde que entré en el séptimo mes de embarazo, se sienta a mi lado y le toca la flauta. Que su primer hijo sea un varón lo llena de orgullo. En realidad, estamos embobados los dos…
-¿Y su “gran familia griega” qué papel juega en esta etapa tan feliz de su vida?
-Mi familia juega el papel más importante, si no fuera así, no me habría venido a Argentina para tener aquí a mi hijo. Ellos son mi contención, mi palo tutor, mi orgullo… Siento admiración por los papás que tengo. Ellos me llenan de amor y de felicidad a cada momento. Y eso es todo lo que necesito hoy. Porque eso es lo que voy a transmitirle a mi hijo; lo mismo que ellos me enseñaron de chiquita. Y, obvio, a ser buena gente. Mi familia, mi gente, son un alimento para mi alma.
-Se la ve plena y segura pero ¿Cómo se siente a tan poquito de ser mamá?
-Como me veo. Me siento una mami muy segura y eso también me hace ver sexy. (Risas) Engordé veinte kilos pero yo me veo hermosa. Me siento más mujer pero con un alma de niña feliz.
Durante la celebración del Baby Shower hubo grandes y emotivas sorpresas. Y sin dudas la mayor fue cuando su mamá y su hermana le cantaron una canción que la misma Elena compuso. “¡Un buen día me enteré que iba a ser abuela y de fiesta se llenó mi corazón… Duendes, hadas y arlequines entretejen escarpines porque llega a este mundo Salvador…”, entonaron la tierna melodía y las lágrimas traicionaron a todos. Y la emoción volvió a adueñarse del festejo cuando su amigo Leo Fourcade leyó un poema que le escribió.
“Salvador vamos a mover las montañas para veas el otro lado; vamos a nadar por los mares que enseñarte los delfines y hasta podríamos volar para demostrarte que no hay nada imposible…”
Cuando ya todos pensaban que no quedaban más sorpresas, llegó la hora de la piñata que explotó con cientos de billetes de un dólar volando por el salón. “Le puse dólares porque quise darles suerte a todos mis invitados porque a mi la vida me dio todo y es mi personal manera de retribuirles algo”, explicó Vicky.
-¿Cuál fue el momento de mayor emoción de la fiesta?
-Lloré mucho cuando mi mamá y mi hermana me cantaron. Me pareció un regalo directo al corazón. Fue un momento de mucha emoción. Fueron palabras de muchísima dulzura. Mamá es mi angelito en la tierra y cualquier cosa que ella me diga, me emociona. Graciosamente yo digo que mi hijo se comió mi ego pero es así. Yo vivo y siento por él hoy. Estoy más sensible y se me mezclan los sentimientos pero todo siento que me va directo al corazón. Río, lloro, grito… Sin dudas Salvador será mi mayor obra de arte y ya me convirtió en una mamá leona y luchadora.
-¿Para cuándo tiene fecha de parto?
-Ya comencé con controles semanales y hasta pueden ser dos por semana si lo requiere para ver cómo está creciendo. Y el doctor me dijo que la fecha tentativa es para el 27 de diciembre, o sea, después de mi cumpleaños (el 23), del de mi mamá, de Nochebuena y de Navidad. Claro que se puede adelantar o atrasar. Estoy en la semana 37 y Salvador es tan largo como un manojo de acelgas.
Luego llegó la hora del pastel preparado por Claudia Smichowski y Javier la sorprendió con un especial regalo la Big Apple New York, una increíble joya Swarovski con un tallo verde y un dije. Lejos del reposo o la tranquilidad que vive toda mujer próxima a su parto, Vicky Xipolitakis está dispuesta a disfrutar de cada momento con todas las energías y la alegría que caracteriza cada paso de su vida. Por eso el 8 de diciembre, el Día de la Virgen María, terminó de decorar su gran árbol de Navidad con todas las tradiciones y ya comenzó a colocar los regalitos de Papá Noel a su pie para que nada la tome desprevenida.
por Gaby Balzaretti
M. FONSECA/PERFIL
Agradecimientos: Hotel Meliá. Organización Integral Tamara Pont de Princess Eventos Puerto Madero. Piu Avanti. DHE. Chocolates de diseño Silvia Diaz. Clásico Delirio. Living Garden. Natalia Frasso. Sr. Globo. Fevrier. Ambientación VM. Mundo Rosets. Maxi Cardasi.
Fotos: Baby Delights By Nashira Calvo.