Cierra los ojos y se queda un segundo en silencio. Quizás pidiendo un secreto deseo más. Iliana Calabró asegura que desde pequeña, casi como parte de un ritual familiar le gusta celebrar. "El éxito es cómo llegar a ese cumpleaños tan esperado y descubrir que sigues siendo exactamente la misma persona", dijo Audrey Hepburn y hoy la actriz, cantante y participante del "Bailando por un sueño" lo confirma. El 1° de junio cumplió 50 años y, aunque al principio pensó en no celebrarlo, después decidió hacerlo rodeada por sus más íntimos afectos.
"¡Arranqué un nuevo lustro! ¡Son los primeros 50! Y hasta en los peores años de mi vida he celebrado mi cumpleaños. Por eso pensé, este cumple es de iniciación, no de repaso. Tengo que celebrarlo. Los últimos recuerdos están ligados con grandes angustias por mi papá enfermo y mi divorcio. En cambio en este momento de mi vida me siento proyectada nuevamente", exclama Iliana, mostrando en su mano el regalo que más la sorprendió y la llenó de emoción.
"¡Antonello —Bardi Gandolfo, el empresario italiano de 50 que es su novio desde hace un año— se me apareció con un anillo que me trajo de Italia de la joyería de su primo! Fue una inmensa sorpresa. Los tanos están hechos de tradiciones y fue como un símbolo de entrega desde que nos conocimos. Como el confirmar que estamos en el camino correcto. Como un compromiso pensando que cada vez estamos más cerca. Es también una manera de fortalecer lo que venimos probando desde hace más de un año. Siento que encontré a un hombre chapado a la antigua como yo. Es un caballero todo el tiempo. Incentiva el romanticismo y concreta mis sueños. Por eso yo lo siento como un anillo de compromiso", confiesa la mujer feliz y sonriente mostrando la alianza de zafiros y brillantes.
La íntima celebración que reunió a las dos familias —la Calabro y la Gandolfo— y que por primera vez presentó socialmente a las dos consuegras, Coca y Lucía (que vino especialmente desde Italia) se realizó en Gaspar Café. Allí todos disfrutaron de un menú de tres pasos: burrata sobre colchón de hojas verdes y reducción de aceto y malbec; torre caliente de berenjenas gratinadas con parmesano, ying yan de sabores. Bondiola braseada con salsa agridulce a la cerveza negra. Y tarta brownie bombón de chocolate. Toda la velada fue acompañada por las dulces melodías retro de Mina y Milva. Iliana lució un increíble vestido de Laurencio Adot que completó con zapatos Saaverio Di Ricci y peinado de Cristian Rey.
"Al soplar la velita pedí tres íntimos deseos que se me concretarán muy pronto y por cábala no voy a contar. Pero fundamentalmente hoy soy una mujer feliz y estoy en armonía. Veo a mi familia bien, sana y siento que ya puedo relajar un poco más. Que ya no tengo que ser tanto la Wonder Woman que siempre fui. También sentí que estaba por el buen camino al ver a nuestras dos familias ensambladas. Eso fue muy importante para mí. ¡Si hasta mi suegra vino de Italia!", cuenta Iliana con una sonrisa que ilumina su rostro. Ya el futuro no la asusta y disfruta inmensamente de un presente con trabajo entre el teatro y el Bailando que suele matizar con románticas escapadas con Antonello.
"Con él estamos muy bien. ¡Más que bien! Nosotros somos grandes y tenemos hijos con otros tiempos y quizás por eso estamos bien cada uno en su casa. Creo que la convivencia se irá dando progresivamente. Y también naturalmente. Sin apurar tiempos; sin necesidades. Porque tampoco queremos imponerle nada a nadie. La relación está así y así la disfrutamos. Yo siento que piso firme para dar un paso seguro. Obviamente que tengo ganas de estar acompañada todo el tiempo. Siempre disfruté más las cosas estamos con alguien. Adoro mi casa y reunirme con todos los seres que amo. No concibo la vida de otra manera", asegura la actriz que los fines de semana recorre el país con la obra "Enredados".
Por Gaby Balzaretti.
Fotos: Mauro Fonseca.