Con la tristeza de ya no tenerlo más a su lado, pero con el orgullo que jamás dejará de sentir por ser su hijo, Diego Armando Maradona, el indiscutido mejor futbolista de todos los tiempos, acompañado por su pareja, Rocío Oliva, participó de la misa que se realizó en la Iglesia Juan Bautista al cumplirse un año de la partida de “Don” Diego. Aunque el aniversario de su fallecimiento fue el sábado 25 de junio, la ceremonia religiosa tuvo lugar el lunes 27, a las 16:30, en la parroquia ubicada sobre la calle Nueva York, en el barrio de Devoto, por pedido de Maradona.
“¡Papá nos dio todo! Me siento orgulloso de decir que es la persona más buena que conocí en la vida. Vos lo veías a mi viejo y te despertaba una ternura increíble; paz, tranquilidad... Lo único que quiero es parecerme un poco a mi papá”, dijo Diego entre lágrimas. Una frase que siempre repite.
A la misa asistieron Lalo, acompañado por su hijo, y sus hermanas. Diego también estuvo acompañado por su hija Jana, la única de sus tres herederas que asistió a la misa. Tomado de la mano de su pareja, Rocío, con quien compartió un look muy deportivo, “el Diez” arribó al lugar sumido en una profunda tristeza pero siempre con la cabeza en alto, como le enseñó su padre, aquel que cuando “Pelusa” daba sus primeros pasos en el fútbol le pagaba el colectivo para que no se perdiera ni un sólo entrenamiento.
Orgulloso de su padre, Maradona siempre se refirió a Don Diego como un ejemplo de vida: “¿Mi viejo? ¿Saben lo que es mi viejo? Es lo más derecho y bueno que existe sobre la faz de la tierra. Ojalá algún día pueda parecerme un poco a él”.
Fotos: Ernesto Pagés.