En clara alusión al presente televisivo y exitoso que la involucra, repite su verdad como una declaración de principios: "Siempre digo, no soy rica, pero tampoco pido permiso", dice Eva de Dominici y la frase encierra mucho de su personalidad y del ímpetu con el que vive su presente profesional y afectivo. "A la hora de hacer lo que quiero no me importa nada, voy con todo. Y creo que hay algo de eso en este momento y muy fuerte. No se si tendrá que ver con mi edad y con lo que siento", asegura la actriz, talento de Multitalent Agency, sobre el culebrón de las noches de El Trece, donde se luce en la piel de Josefina, la villana de la historia.
"Ella también aporta momentos divertidos porque tiene un costado humano. Es muy impune y dice lo que los demás callan. Estoy feliz por cómo la gente aceptó la novela y se involucró. Es muy lindo", afirma Eva sobre su participación en la ficción que le permitió, con el cambio de registro, alejarse de los papeles más juveniles. Un camino que se consolida con "Sangre en la boca", la película que se estrenará el 25 de agosto, en la que interpreta a una boxeadora, y la muestra en escenas de sexo junto a Leonardo Sbaraglia.
"Las escenas con Leo son un fuego, realmente fuertes. Fuimos a verlas hace unos días, porque hicieron una proyección para los dos y la verdad es que la película me dejó contentísima.¡Es una bomba! No es común ver en el cine argentino escenas tan jugadas. No se está contando una historia de amor de cuento de hadas, sino una historia de una pasión y entonces era necesario jugársela con todo", afirma Eva, quien desde principios de año está en pareja con Joaquín Furriel y, durante su estadía en Cerro Catedral, dialogó con CARAS acerca de su carrera y el amor que vive con el actor, 20 años mayor que ella.
—¿Y qué le dijo su novio frente a tan apasionado trabajo?
—Joaquín es cero celoso y le encanta cómo actúa Leonardo, así es que tiene muchas ganas de ver las escenas, porque todavía no lo hizo. La verdad es que la celosa de la relación soy yo.
—¿Con qué cualidades de su personalidad está a gusto y con cuáles no tanto?
—Soy muy autocrítica con todo pero es algo natural que me nace y trato de bajarlo. Entonces me perdono mucho. Y tal vez, dentro de las cosas que no me gustan, reconozco que puedo ser un muy obsesiva. Puedo quedarme hasta las cuatro de la mañana viendo escenas y que tenga que venir mi mamá a decirme "¡Eva andá a dormir, cortala!". Pero algo que me gusta de mí es que soy muy paciente, eso me ayuda. Tengo perserverenacia y no me canso fácil.
—¿Y cómo se lleva con su imagen, en eso también se obsesiona?
—Con eso soy bastante relajada porque no quiero ser “Miss Mundo”, sino una buena actriz. Por ejemplo, en “Sangre en la boca”, la belleza no es lo que se destaca en la película, sino al contrario. Y con respecto a lo físico, la verdad es que me pongo las pilas cuando tengo que entrenar para un personaje. Pero yo, Eva, no tengo tanta constancia. Entre el gimansio y Nexflix y un chocolate caliente, me tira más lo segundo (risas). Me divierte más leer un libro o ver una peli que entrenar. Igual soy muy sana, casi no tomo alcohol y no me drogo. Tengo adicciones pero otras...
—¿Cuáles..?
—La comida. (Risas). Sí, soy bastante adicta, a veces me tengo que calmar. Y también soy una "workaholic"; tengo un momento libre y en seguida lo ocupo. Si no grabo un día de pronto me programo una clase de tango o cualquier otra cosa. Me gusta tener planes organizados, sino pienso que pierdo el tiempo.
—Disfrutó de unos días de esquí pero sin su novio, ¿Lo extrañó mucho?
—Sí, igual fue sólo un fin de semana. Pero nos mantenemos en contacto todo el tiempo.
—¿Cómo viven este momento del noviazgo?
—Creo que estamos en el mejor momento. Es todo lindo y hay algo muy importante y es que nos acompañamos un montón. Estamos en sintonía.
—Con Furriel se conocieron en los ensayos de “Red carpet”, la obra que por los problemas de salud de Joaquín (el actor sufrió un accidente cerebro vascular durante un viaje en avión, en octubre pasado) nunca se estrenó. ¿Cómo fue pasar de la amistad al noviazgo?
—Nunca fuimos amigos con Joaquín, sólo compañeros de trabajo.Cuando nos conocimos nos llevamos muy bien pero él estaba de novio. Nos hablábamos y nos llevamos bien, pero recién a principios de este año nos conectamos desde otro lado. Nunca perdimos el contacto a pesar de que la obra no se hizo. No sé, es raro cómo se dan las cosas. Naturalmente nos vimos desde otro lugar.
—¿Su salud siguió siendo una preocupación para Ud.?
—Sí, pero también era una preocupación general de todo el grupo de trabajo. Porque al estar ensayando y que le haya pasado eso en aquel momento hizo que todos estuvieran pendientes. Además, antes también le había sucedido lo de la espalda, en mayo. Y cuando retomamos la obra pasa lo del ACV mientras él estaba volviendo de un viaje a Europa. Por suerte se recuperó bastante bien y rápido; le puso mucha pila. Ahora está impecable. Y a principios de año comenzamos a hablar pero de otras cosas... Y entonces dijimos de vernos.
—¿Y qué pasó al encontrarse?
—Nos vimos y nos enganchamos al toque. Es algo que pasa o no, y a nosotros nos sucedió de inmediato.
—¿Quién dio el primer paso?
—Los dos lo hicimos; nos hicimos entender. Necesitábamos que ese contacto que teníamos fuera permanente. Yo ya lo conocía como compañero y me gustaba su forma de hablar, de pensar. Me parece una persona inteligente. Y si bien somos diferentes y nuestras carreras también lo son y vemos, inclusive, cosas del trabajo de forma distinta y lo respetamos, me pareció un hombre súper centrado. Joaquín es muy lindo, hermoso. Físicamente me gusta mucho, me encanta. Pero ya desde la primera cena hubo algo que se dio. Como novio es muy tierno y dulce, un hombre romántico. Desde el día en el que nos vimos, no nos dejamos de hablar nunca.
—¿Como pareja se complementan?
—Él es una persona muy pensante y yo no tanto, porque soy más impulsiva. Ahí hay un equilibrio. Joaquín es muy contenedor, me apoya muchísimo.
—¿Cuándo se dio cuenta que estaba enamorada?
—No recuerdo un día o circunstancia especial pero llega un momento en el que te das cuenta que estás híper metida en la relación. A mí desde la primera vez que nos vimos me encantó. Desde el primer día hubo pasión total, no nos separamos más. Hoy en día él es una persona muy importante en mi vida. Igualmente no soy de fijar fechas, tal vez en ese sentido soy mas desprolija.
—¿Y cómo es al estar enamorada?
—En al amor no entiendo ni tengo límites, hago lo que la pasión me dicta. Me dejo llevar. Por amor arriesgo todo.
—Furriel tiene 41 y Ud. 21, ¿No le preocupaba que la diferencia de edad pudiera afectar la relación?
—No. Creo que es algo más del afuera. En nuestra relación no es un tema súper presente. Está habladísimo, no es algo que esquivamos, somos conscientes de la diferencia pero no es algo que nos preocupe. Y, como dije, no dejaría de hacer algo por lo que pueda llegar a opinar la gente. Si él me encanta, voy para adelante. El afuera, las opiones ajenas, no me importan.
—¿Cómo se lleva con su hija, Eloísa (8, fruto de la relación de Furriel con la actriz Paola Krum)?
—Su hija es hermosa y es una divina. No podría hablar mucho de ella, porque Furriel y su mamá no lo hacen. Pero sí, es un amor, y Paola también, y creo que por eso se explica que su hija sea tan divina.
—¿Están conviviendo ya con Joaquín?
—No, no estamos conviviendo. Hemos hecho viajes juntos, pero no, yo sigo viviendo con mi familia y él con su hija. Creo que por cómo se fue dando todo, si ésto se produce también se dará de manera natural. Igual, nos vemos todo el tiempo. Estamos en un momento muy hermoso. Tenemos una relación muy hermosa. Estamos a pleno, enamoradísismos.
Por Kary López.
Producción: Fernanda Vaudagna.
Fotos Uriel Casamiquela.
Agradecimientos: Refugio Lynch. ubicado a 1.700 metros de altura. Galpón de ski. Union Good. Love Lola. María Gorof. Baza Dearstore. Peuque. Lucerna. Benedikta.