Incluso desde antes de comenzar la temporada teatral con la reposición de “El Ardor” y el desembarco de “40 Días y 40 Noches”, en el Teatro Auditorium, la lupa ya estaba puesta en Luciano Cáceres y Juana Viale. Y aunque resultaba un hallazgo que la nieta de Mirtha Legrand aterrizara en Mar del Plata para protagonizar dos obras en simultáneo y se instalara durante dos meses en la ciudad “local” de su abuela, algunas miradas curiosas no pudieron evitar desviar la atención hacia otro lado.
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Él, director de ambas obras y ella protagonista de las dos y además pareja sobre el escenario de Cáceres, se estarían conociendo fuera de los ensayos pautados por contrato, y experimentando, puertas adentro, el romance más comentado del verano que sólo su círculo más cercano y unos pocos amigos hasta el momento conocían. Sin embargo, el martes 15, promediando las 13horas, y con una temperatura que no bajaba de los 25 grados, CARAS pudo comprobar aquello que los protagonistas se ocuparon de negar categóricamente hasta la fecha a pesar de los crecientes rumores.
Sacándole provecho a sus días libres de función y ya sin la compañía de la hija del actor con Gloria Carrá, Amelia, que había partido hacia Buenos Aires, Cáceres habría pasado la noche en la casa que Juana alquiló en la localidad de Chapadmalal para vivir durante el verano. Camino al barrio privado de Marayuí, más precisamente en el patio del frente que da a un inmenso jardín de la casona, se los pudo ver a los actores compartir una situación de “entrecasa” y súper relajados. Ella en su caminata diaria, luciendo un vestido color gris holgado, con su incondicional mascota y compañera de aventuras, Tota, y Luciano, momentos después, fumándose un cigarrillo en el exterior de la vivienda de la actriz. Una hora después de esta situación, de la que CARAS fue único testigo, el actor partió con su camioneta Citroen mientras Viale permaneció allí el resto de la tarde.
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A una hora de la ciudad de Mar del Plata y estratégicamente ubicada en una zona campestre donde sólo se respira naturaleza, la hija de Marcela Tinayre eligió la tranquilidad para pasar sus días en la Costa Atlántica. Como una local más de la zona y como parte de su rutina diaria la actriz suele ir a hacer compras al mercadito “La Estafeta”, bajar bien temprano por la mañana a la playa para pasar el rato en el balneario surfero “Cruz del Sur”, sin olvidar jamás su equipo personal de mate. Tampoco a su perra y fiel compañera a la que lleva con ella a todos lados. Luciano, por su parte, que debe cumplir con las funciones de los miércoles como protagonista de “El Ardor”, suele viajar con frecuencia los fines de semana a Buenos Aires y regresar los días martes.
Pero no era la primera vez que se producían encuentros fuera del ámbito laboral. A veces acompañados por todo el elenco y otras en soledad, los actores compartieron incontables cenas y alguna que otra cerveza en conocidos bares del centro, como el de Pico Mónaco, donde se los vio muy juntos y sin ocultarse. “Ya nos adjudicaron varias veces romances así es que nos acostumbramos. Nosotros somos re compañeros. Venimos trabajando juntos desde hace rato y viviendo una vida medio en comunidad con los compañeros entre el elenco y los técnicos. Juana es una mujer conmovedora, además de su belleza. Es una gran compañera, un ser muy especial y una muy buena madre”, reconocía Cáceres mientras su colega optaba por utilizar la ironía y se limitaba a contestar: “Con “Lu” estoy completamente enamorada y esperando que me diga si quiero ser su novia. Quién dice, este universo... Me encantaría”.
Si bien todavía recurren a las risas y al chiste fácil cada vez que vuelven a resonar sus nombres como una de las parejas del verano, las recientes imágenes documentadas por CARAS funcionan como prueba ferviente para confirmar lo que muchos sospechaban y sus protagonistas, al menos por ahora, deciden mantener en la más absoluta reserva.
Máximo Gómez