Laurita Fernández (CARAS )

Laurita Fernández: “Me subestimaban por ser rubia y linda”

En diálogo con +CARAS, la actriz habló de prejuicios, exigencias y del camino que recorrió para consolidarse y ganar respeto en el medio.

En una charla sincera con +CARAS, Laurita Fernández habló sin vueltas sobre una experiencia que atravesó buena parte de su carrera. En diálogo con Héctor Maugeri, la artista reflexionó sobre los prejuicios que enfrentó desde muy joven y cómo, durante años, su apariencia física fue usada para poner en duda su capacidad profesional.

“Al principio me subestimaban por ser rubia y linda”, dijo con total honestidad. La frase resume una situación que se repitió más de una vez en un medio donde todavía pesan ciertos estereotipos. Maugeri lo planteó con claridad: dentro de una lógica machista, muchas veces se asocia la belleza con falta de profundidad. “Bueno, es linda, debe ser medio tonta”, sintetizó. Y Laurita asintió.

Laurita Fernández en +CARAS

Laurita Fernández y el desafío de correrse de los estereotipos

“No te voy a negar que al principio sí”, admitió. Pero aclaró que esa mirada fue cambiando con el tiempo, sobre todo a partir del trabajo y la constancia. “Después siempre me pasó de ser muy respetada por los colegas hombres, en el caso de la conducción, y después también en el mundo teatral”, explicó, marcando una diferencia entre los primeros años y el presente.

Desde el comienzo, Laurita tuvo claro que no quería quedar encasillada. “Siempre busqué ir por desafíos que me desafíen a mí y que me ayuden a mostrar otra faceta”, contó. Esa decisión la llevó a no repetirse y a probar distintos registros: comedia, drama, series, teatro. “No quedarme siempre con el mismo tipo de papel”, resumió. Para ella, el crecimiento vino de animarse a cambiar y de no elegir el camino más cómodo.

Laurita Fernández y el peso de los prejuicios fuera del escenario

Pero no todo pasaba por lo artístico. Laurita recordó una situación que la incomodaba especialmente y que se repetía cada vez que aparecía un nuevo proyecto. “Era un embole, porque en cada trabajo nuevo que tenía se preguntaban con quién estaba, y eso con los hombres no pasaba”, señaló. Mientras a sus colegas varones se los evaluaba solo por su desempeño, ella sentía que tenía que justificar cada logro.

Laurita Fernández

“Yo tenía un trabajo nuevo y era: ‘Ah, no, seguro porque…’”, relató. Como si siempre hubiera algo más detrás. “Eso con los hombres no pasaba. A nadie se le preguntaba cómo había llegado”, remarcó en +CARAS. Con el tiempo entendió que esa mirada tenía que ver con una cuestión de género, más que con su propio recorrido. “Espero que todo eso ahora esté cambiando, de verdad lo deseo”, dijo. También reconoció que antes sentía que debía demostrar todo el tiempo.

“El tiempo después demostró todo”, reflexionó, segura de que su carrera habla por ella. “En ese momento yo tenía que demostrar; hoy, no”, concluyó. Una frase simple, pero potente, que resume un proceso personal y profesional: el de una mujer que dejó atrás la necesidad de validarse frente al prejuicio y se afirma desde el trabajo, la experiencia y la confianza en sí misma.

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