Cierre de un año de pinceladas y palabras compartidas

Ésta es mi última nota en Caras Deco y quería aprovecharla para agradecerte a vos que desde el otro lado de la pantalla me estás leyendo, que leíste alguna o que seguiste cada columna escrita, porque cada palabra salió del corazón.

Siempre digo que no soy una artista de escuela; que no fui a Bellas Artes ni conozco por completo la teoría e historia del arte. Pero lo que sí tengo es pasión por mis creaciones, porque soy una apasionada y una luchadora. En la vida nada me resultó ni resulta fácil... como diría uno de mis hijos "algún día tendrías que escribir un libro"... y quién te dice algún día lo haga. Pero por ahora disfruté de cada línea compartida en este medio porque me dieron la libertad de escribir sin censura ni edición y eso es invaluable.

Quien conoce mis obras lo siente y sabe, y quienes todavía no lo hacen les puedo asegurar que hablan por mí. Que en cada una hay una parte de mi historia o de mis pasiones y sin dudas de mi alma.

Quien elige una de mis obras no busca una pieza de decoración, sino que busca dejarse atravesar por sensaciones, por generar movimiento interno en quien la observe.

Para mí es un privilegio tener la posibilidad y el don natural de plasmar mi sensibilidad en la tela. Por mucho tiempo no me permití hacerlo y callé todos mis mensajes por inseguridades, porque para quien la vida nunca fue sencilla se supone que no puede darse tiempo para soñar.

Pero el día que decidí permitírmelo y comprendí que era más feliz siendo auténtica, el arte brotó como un tsunami contenido. En ese instante, me hice una promesa que hoy te comparto: nunca más dejar de ser yo misma frente al lienzo. 

Cierro éste ciclo en Caras Deco con un inmenso GRACIAS. A quienes, a través de estas líneas, decidieron asomarse a mi mundo, sepan que seguiré comunicándome en palabras y en pinceladas. A quienes eligieron mis obras, gracias por atesorar una parte de mi alma en sus hogares; sepan que en cada pincelada que ahora habita en sus paredes, late también una parte de mi historia. Y a quienes quizás todavía no se animaron a dar ese salto, les digo: bajen las barreras y déjense llevar como yo me animé a hacerlo una vez.

Hoy mi pincel y yo nos despedimos de esta columna, pero no de este encuentro. Nos seguiremos viendo en cada trazo, en cada color y en cada mensaje que plasme en la tela.

Gracias por permitirme ser, simplemente, yo misma.

Sabrina Sust
Ig: @arte.sust
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