Con una temperatura ideal, el sábado 23 de noviembre, se casaban Ro y Nacho, una boda que estuvo caracterizada por la sencillez y la exigencia.
‘Tuvimos varias reuniones con la pareja donde definimos las características del evento y nos encontramos con un gran desafío: llevar a cabo una boda con la exigencia de la sencillez’ contaba Cielo, la event planner de Mitiko producciones, quien junto con su equipo planificó el casamiento en su totalidad, siguiendo los deseos de los novios.
Los 20 invitados ingresaban a Villa Grampa, una gran mansión ubicada en la localidad de Temperley, en la Zona sur del conurbano bonaerense, donde los esperaba una recepción al aire libre con sushi y tragos de autor, acompañados de la música en vivo de Francisco Seglie y rodeados de una ambientación pensada exclusivamente para la ocasión, a cargo de Valeria Franca.
“Pensar una boda para 20 invitados requiere de una exigencia única ya que cada detalle cobra relevancia”, afirmaba Cielo mientras colocaba los nombres de los comensales en la mesa principal.
Producir un encuentro tan íntimo requiere de la misma cantidad de provedores que se utilizan para una boda de 300 personas. El valor agregado de la intimidad tiene que ver con el trato extremadamente personalizado que recibe cada uno de los invitados, generando así una experiencia única donde cada participante es un verdadero protagonista de la celebración.
El lujo, la personalización, la intimidad, los detalles, la música en vivo, los tragos de autor, el exquisito nivel de la recepción y del almuerzo, así como también la locación, junto con la ambientación, crearon un espacio único y nos invitaron a ser parte de un evento singular y exclusivo que combinó lo clásico con lo moderno.
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