Era un día como cualquiera. Mientras entrenaba igual que cada jueves en el gimnasio de su barrio, donde practica una rutina inalterable de funcional gym y localizada, Agustina Pivowarchuk (21) se encontró con una propuesta que, sin saberlo, cambiaría el rumbo de su carrera.“Estaba haciendo cinta y una persona, sin conocerme, me preguntó si era modelo y dijo:’Vos tenés que hacer un casting. Antes hacía modelaje pero lo había abandonado hace mucho tiempo para estudiar. Le dije que sí y todo se dio muy rápido. Hice el scouting para el concurso, llené una planilla con mis datos, me sacaron unas fotos, hice una pasada en bikini y antes de irme, me dijeron que había quedado”, rememora la oriunda de Acassuso y estudiante de Nutrición.
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A días de alzarse con el título de ganadora del CARAS Glam 2017 en el Centro de Exposiciones de San Isidro, Agus dice no sentirse una triunfadora.“Realmente no me la creo. Me cuesta caer en lo que me está pasando y me siento cero reina porque siempre fui muy relajada. Nunca me había presentado a un concurso, siempre había hecho castings para desfiles. Pero me encanta este mundo y estoy muy contenta con el título y con todo lo que se viene de ahora en adelante”, asegura.
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Entusiasta y con una madurez que asombra para sus 21 años, Agustina habla con CARAS y revive, todavía emocionada, la gran final del certamen que la coronó como ganadora de la séptima edición. Fiel a su avasallante personalidad, asegura con convicción que los nervios no la traicionaron frente al jurado y que su mejor aliada fue su naturalidad para recorrer la pasarela sin “poses”.“No me lo tomé como un concurso, sino como un desfile de modas y eso fue fundamental. Salí muy relajada y sin presiones. Traté de mostrarme tal cual soy y eso, supongo, fue lo que me hizo ganar. Si te ponés a pensar en cómo sonreir o en cómo posar no te sale. De chica era súper vergonzosa y con los años me fui aflojando”, explica al mismo tiempo que señala a su familia como un eslabón fundamental en este camino.“Ese día fueron a apoyarme mi mamá, mi abuela, mi tía y mi novio. Cuando dijeron mi nombre no caía, me quedé pensando: ¿Habrá otra Agustina?”, relata.
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Si bien el universo de la moda la atrapa y le “divierte”, la nueva CARAS girl complementa su lado “glam” con otros intereses que asegura, van de la mano y contribuye con su profesión. “Me gustaría el día de mañana recibirme de nutricionista, estoy en el primer año, para después especializarme en Deportología. Aunque sin dudas, mi máximo sueño es ser actriz y romperla en una tira junto a Julio Chávez, a quien admiro profundamente. Comencé con clases de teatro a los 14 años y hoy sueño con un futuro en la televisión”. Sin culpas, dice que disfruta de desgustar sus propios platos de comida ya que se considera buena cocinera y que su menú favorito, la milanesa con papas fritas, lo equilibra con un constante entrenamiento físico. “Amo comer y cocinar, hago pollo, carne y verduras al horno. Mi debilidad es el helado de dulce de leche. Por suerte me ayuda mucho la genética porque soy muy vaga, voy al gimnasio tres veces por semana pero no puedo hacer nada aeróbico ni voy a correr porque me muero, no lo disfruto”, explica.
Despojada de las tendencias, la joven que vive en Escobar con su mamá Natalia, su papá Fernando y su hermana menor Valentina, impone sus propias fashion rules. Aunque no tiene un estilo definido, prefiere innovar y asegura que sus grandes musas inspiradoras son las afamadas gemelas Mary-Kate y Ashley Olsen. Las botas texanas, las camperas de jean en toda su gama de colores y los vestidos largos combinados con sandalias bajas no pueden faltar en su “relajado” guardaropas.“Me gusta estar cómoda en zapatillas u ojotas, bien casual. No soy de usar tacos porque nunca me gustó mi altura, era tan alta cuando iba al colegio que pensaba que así no iba a conseguir nunca un novio”, confiesa entre risas.
Desde hace un año, su corazón tiene dueño. En pareja con Fernando Lugo (23), futbolista del club San Miguel, se autodefine “noviera” y dice convencida que nada le gustaría más que ser madre joven.“Me encanta estar en pareja, disfruto mucho de los planes tranquilos porque no me gusta la noche ni salir a bailar”, admite sobre sí misma y, con sinceridad, devela:“Mi novio está re contento por mí y me apoya en todo lo que hago aunque es muy celoso. Voy caminando por la calle y cuando me mira alguien, se da vuelta y enseguida se enoja”.
La belleza de Agustina es palpable. Esbelta y delgada, la joven de 1.74 metros de altura y cabello castaño es la fusión perfecta entre sensualidad y elegancia. Sin embargo, para ella ninguna de esas cualidades fueron determinantes en la elección de su reinado. Si bien es consciente de su atractivo, ella prefiere destacar su actitud y frescura.“No sé si lo exterior es muy importante aunque se trata obviamente de la primera impresión también. Siempre me gustó verme bien y estar prolija. Gustarle al otro y estar contenta por cómo me veo frente al espejo. Pero lo más importante de todo es sentirse bien uno con uno mismo”, sintetiza quien hoy exhibe con orgullo la mitica banda cruzada de CARAS, la misma que usó Ariana Caride, ex ganadora del certamen en 2016.
por Sabrina Galante
(Producción: Alejandro Luciani)
F. de Bártolo/perfil
Agradecimientos: Museo Quinta los Ombúes. Zapatos Nina Charme, Trajes de baño Miro Sol, Vestidos Roxana Salerno, Pelo/Make Up José Luis Díaz para VIP peluquerías.