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El arte urbano fue ganando popularidad y admiración en sus múltiples expresiones en toda su trayectoria. Los tiempos cambiaron alrededor de lo que antes eran expresiones vandálicas anti-sistema, para pasar a convertirse en expresiones artísticas de calidad. El Street art nacido en la década de los 90 de la mano del graffiti, hoy redefine ciudades enteras y se combina con la arquitectura para interpelar a todos los ciudadanos.
Buenos Aires es una de las tantas ciudades del mundo que funciona como campo fértil para esta área. El arte urbano hoy se concentra en barrios como Palermo, y por esta razón, desde la contructora Nocito impulsan su expansión hacia otros como Villa del Parque o Monte Castro. “Con Nocito Constructora apostamos al arte porque al mismo tiempo que embellece los edificios y genera un impacto positivo en la comunidad barrial, también revaloriza las propiedades al momento de revenderlas u ofrecerlas a inquilinos. Desencadena un efecto potenciador del valor del metro cuadrado respecto de otras opciones de la zona”, afirma el CCO de la firma, Ignacio Nocito.
Nocito Constructora es una de las empresas del sector que apunta a combinar el arte con la construcción, para llevarle vida y color a los barrios. Para la empresa, cada vivienda cuenta con una identidad propia, y es por esto que busca innovar, combinando el diseño con la funcionalidad para lograr productos de primera calidad. Por esta razón, decidió contar con el muralista Alfredo Segatori para uno de sus proyectos de Responsabilidad Social Empresarial.
La empresa consolidada como desarrolladora y constructora, fue fundada en 1994 por una familia de ascendencia italiana. Desde entonces, está radicada en el barrio porteño de Villa del Parque. Hace ya 25 años que Nocito apuesta a la industria argentina, ya que trabaja con materiales de fabricación propia y emplea a más de 200 familias. La innovación y las nuevas propuestas son la base de la empresa que aún en momentos de crisis se posiciona como líder de mercado inmobiliario de la zona oeste de la Capital Federal.
Sobre la calle Miranda al 4765 ubicada en el barrio de Monte Castro, al oeste de la ciudad, una jirafa se asoma y captura todas las miradas, desde una ventana que casi podría confundirse con el cielo en un día despejado. “Apuntamos no sólo al confort y la rentabilidad. También queremos ofrecer un paisaje cálido a un barrio residencial”, comenta Laura Nocito, gerente de Arquitectura. Luego añade: “Es por esto que decidimos contar con un artista de la talla de Alfredo Segatori para uno de nuestros emprendimientos”.
Segatori es un graffitero profesional, muralista que en 2015 batió un Récord Guinness cuando pintó “El regreso de Quinquela”, el mural más grande del mundo -2000 m2- en La Boca. Fue convocado por la constructora para llevar a cabo “Mirando Miranda”, una obra que generó mucha simpatía entre los vecinos de Monte Castro. Incluso se sumaron en redes sociales a compartir fotos y comentarios sobre la jirafa gigante. En una entrevista con la empresa, Segatori comentó: “El que viva acá va a decir ‘Vivo en el edificio de la jirafa’. Los demás Nocitos ya están celosos de que Miranda tenga su mural. Ahora todos quieren su lateral pintado”. Y comenta: “Me parece muy bueno el gesto de la constructora de darle arte a todo el barrio”.
El artista utilizó 200 litros de látex para exteriores y 100 latas de aerosol para crear a Mirando Miranda. La idea de este animal surgió en conjunto con la empresa y fue jugar un poco con la altura del edificio. Si bien su autor promueve la libre interpretación, explica que su objetivo es generar desconcierto en el peatón desprevenido, invitarlo a reflexionar.
El arte callejero no sólo capta la atención de los vecinos de la zona, sino también la de muchos turistas. El impacto que generó la jirafa Miranda fue tal que se incluyó en los tours privados que ofrece BA Street Art, una organización que desde 2010 trabaja con artistas callejeros para visibilizar sus prácticas.
El resultado de la obra que Nocito desarrolló junto a Segatori superó todas las expectativas. Es así que la empresa y el artista ya tienen en sus planes a futuro seguir trabajando de manera colaborativa. “La llegada de este edificio a Monte Castro materializa el diálogo entre arte y arquitectura, y crea un entorno cautivante donde, el barrio como lugar de encuentro y pertenencia, adquiere un valor destacado”, concluye Laura Nocito.
