Desde pequeño miraba las sonrisas de las personas, tiempo después comprendió que se sentía atraído por la estética de los rostros y el modo en que las personas comunicaban sus emociones. “La odontología es un servicio integral que debe dar respuesta a las necesidades individuales”, dice mientras mira a través de la ventana de su consultorio de la zona de Alto Palermo. Está seguro que la especialización académica es imprescindible y que tanto postgrados como congresos son fuente nutritiva para el odontólogo, pero que nada puede reemplazar a la experiencia para responder a los desafíos de la profesión.
En el año 2014 tomó la decisión de convertirse en un profesional independiente y abrió su consultorio en Banfield; que a pesar de la realidad compleja de la Argentina, sigue apostando sin dudar a su trabajo como profesional autónomo y que el “boca a boca” de sus pacientes es lo que le permitió expandirse para inaugurar su consultorio en Palermo.
“Es imprescindible que se enseñe técnica de cepillado desde la escuela inicial y durante el nivel primario, contribuiría además para que desde pequeños se puedan superar los mitos de que las prácticas odontológicas son dolorosas. Indudablemente que la odontología del pasado provocó que muchos tuvieran terror al dentista pero esta es una de las ciencias que, como las demás de la salud, no dejó de progresar en ningún momento. Con la llegada de los implantes dentales y el avance en cuanto a las prótesis fijas y la estética dental, es bueno considerar seriamente recuperar a tiempo los dientes ausentes perdidos, de manera de no acumular daños para la sonrisa y la función masticatoria. Sin ir más lejos, otro de los mitos que derribó la ciencia es que los brackets de la ortodoncia sólo se podían colocar durante la niñez y la adolescencia, sin embargo, en ese aspecto se aprendió que nunca es tarde para corregir”, expone.
El Dr Blas Benjamín de la Vega nos despide con una sonrisa amable, cordial, como para no poner en duda que la boca es un órgano tan fundamental que gobierna no solamente el sentido del gusto, sino que inicia la digestión; además que dependen de ella la fonación y respiración: “La boca es una sonrisa que habla de nosotros y que cuenta de nuestro bienestar y satisfacción con nosotros mismos”, agrega de la Vega, dejando en claro cuál es el compromiso y la vocación de un buen odontólogo.
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