A medida que nos acercamos a las fiestas de fin de año, las celebraciones suelen ir acompañadas de alegría y esperanza. Sin embargo, detrás del bullicio de las reuniones y los brindis, se oculta una realidad alarmante: el incremento de la violencia hacia las mujeres. ¿Cómo se puede acompañar? ¿Cuáles son los datos útiles necesarios para tener a mano ante un hecho de violencia como víctima o familiar?.
Este 2024 va llegando a su fin y de acuerdo al Observatorio “Lucia Perez” llevan registrados hasta la mitad del mes de diciembre 300 femicidios y travesticidios. Durante esta etapa festiva se ve agravada la situación dejando expuesto el aumento de los casos de maltrato hacia las mujeres. Se incrementan los pedidos de ayuda a la línea de Acompañamiento 144 de la provincia de Buenos Aires o acercándose las mujeres a las comisarías de la mujer y la familia para denunciar al agresor que en la mayoría de los casos es la pareja o expareja. Por lo tanto, termina resultando una problemática que no puede ser ignorada y desfinanciada por el estado.
El maltrato verbal y psicológico termina siendo la base para las otras modalidades de las violencias y puede verse acrecentado por una mayor presión emocional y social en la víctima y sus allegados (hijxs, madre, padre, otros) agravados en muchos casos por el consumo excesivo de alcohol, y los estereotipos de género que prevalecen en muchas celebraciones. Aclaración importante: el consumo de alcohol o sustancias psicoactivas generan una mayor exacerbación de la personalidad del varón violento y no justifica su accionar porque una vez pasado el efecto la base de la violencia sigue estando.
Por otro lado, el estrés propio que traen las fiestas de fin de año, en la vida de las mujeres que están en situación de violencia impacta mucho más fuerte porque las afecta en forma negativa. Se ven presionadas por cumplir con los mandatos familiares y sociales terminan estando en lugares de absoluta vulnerabilidad frente a la violencia y la tensión permanente que se manifiesta en su cuerpo y emociones provocando cuadros de desborde en llanto o problemas en sus físicos, no le permiten compartir con sus amistades, hijos o familiares. Se ven afectadas y su salud mental se ve cada vez más dañada terminando entrampadas en relaciones donde se perpetúan ciclos de abuso emocional y físico dejando marcas en sus vidas.
Les propongo un llamado a la acción más allá de las fiestas de fin de año si conocen mujer/es se encuentre viviendo en vínculos violentos que puedan mantener contacto enviando algún mensaje por WhatsApp o textos haciéndole saber que está acompañada, tener cargado en el celular los contactos del 144 o 911 o 107 para pedir ayuda en caso de que no pueda hacerlo la víctima por encontrarse encerrada en el baño o en un cuarto. Gritar en la calle si ves/a una mujer está siendo agredida física y verbalmente pidiendo ayuda de un móvil policial, brindarle un espacio de resguardo para pasar la noche o acompañarla a realizar la denuncia por violencia (las comisarías no cierran y están obligados por ley a tomar la denuncia).
Estas acciones son simples y concretas para llevarlas adelante. Después vendrá la posibilidad de brindarle a esa/s mujer/es el espacio de escucha y atención profesional para trabajar su situación y pensarse fuera de una relación libre de violencia. Mientras acompañemos las fiestas de fin de año siendo más empatico/a, solidarios y buscando el apoyo comunitario en la lucha de violencia contra las mujeres.
En esta temporada de celebración, recordemos que la verdadera alegría se encuentra en la paz, el respeto y la igualdad. Sólo a través de la unión y el compromiso colectivo podremos combatir la sombra de la violencia y dar la bienvenida a un nuevo año lleno de esperanza.
Para conocer de estos temas y más los espero en Instagram:
@ taller_las_mariposas.
Natalia L. Rigamonti
Lic. en Trabajo Social
M.P.12569