Cuando hablamos de cáncer y reflexionamos en su origen, lo que comúnmente aparece en todos los casos es la multifactorialidad. Esto significa que la combinación de varios factores contribuye a su desarrollo, y no solo una causa aislada. Entre los factores que podemos citar se encuentran la exposición a radiación, agentes químicos, tabaco, daños mecánicos, predisposición genética, una alimentación inadecuada, estrés, sedentarismo, entre otros.
A pesar de que el cáncer puede afectar a diferentes órganos, hay características comunes a todos ellos: la inmortalización celular, la capacidad de realizar metabolismo fermentativo, y la indiferenciación celular. Estas características hacen que la enfermedad sea especialmente difícil de curar.
Ahora bien, ¿cómo puede una patología tan particular y única en su comportamiento ser causada por una diversidad tan amplia de factores? Explicaremos brevemente los tres puntos que comparten todos los tipos de cáncer:
Inmortalización: Este proceso ocurre cuando las células pierden los mecanismos de control que inducen la muerte celular programada en respuesta a daños en el ADN. Sin estos mecanismos, las células dañadas continúan replicándose, lo que contribuye al desarrollo del cáncer.
Metabolismo Fermentativo: Las células cancerosas tienen la capacidad de producir energía a partir de la glucosa en ausencia de oxígeno, un proceso menos eficiente que la respiración celular normal. Mientras que las células sanas generan alrededor de 28 unidades de energía por glucosa en presencia de oxígeno, las células cancerosas generan solo 2 unidades en ausencia de oxígeno. Aunque este metabolismo es menos eficiente energéticamente, crea un entorno favorable para la reproducción descontrolada de las células cancerosas y ayuda a evitar el ataque del sistema inmunológico.
Indiferenciación Celular: Las células cancerosas a menudo pierden su especialización. En lugar de mantener las características de las células normales del órgano del que provienen, las células cancerosas se vuelven amorfas y desorganizadas, perdiendo las funciones específicas que deberían tener.
Con esta comprensión, es esencial replantear los enfoques de tratamiento y prevención del cáncer. Entender que el cáncer presenta estas características comunes nos lleva a considerar estrategias como la limitación de factores que contribuyen a su desarrollo, lo que podría ser una medida preventiva significativa. Así mismo una dieta baja en hidratos de carbono es una estrategia para potenciar la efectividad del tratamiento quimioterapico.
Dra. Marina Mariani
MP 2514
Medica de Familia
Medica Ortomolecular