miércoles 17 de diciembre del 2025

Cuando el servicio es real, la vida cambia: el mensaje de Otros Ojos

Con una década de formación ininterrumpida, más de 250 talleres y 1500 constelaciones facilitadas, Augusto Castrillo y Belena Di Marco se consolidaron como referentes absolutos de las Constelaciones Familiares en la Argentina desde su espacio Otros Ojos, nacido en La Plata y hoy con presencia en distintos puntos del país. En esta nota explican por qué constelar con ellos es elegir profundidad, ética y responsabilidad con el alma del consultante, a través de un acompañamiento íntimo, cuidado y verdaderamente transformador. Galería de fotosGalería de fotos

Cuando el servicio es real, la vida cambia: el mensaje de Otros Ojos
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Porque la experiencia importa: qué distingue a Otros Ojos a la hora de constelar

Cuando una persona se acerca a constelar, no viene a “probar algo nuevo”. Viene, muchas veces, con el corazón abierto, con una pregunta que la desvela o con un dolor que no supo nombrar. En una constelación no se toca lo superficial: se toca lo sagrado. Por eso, la pregunta no es solo “¿dónde constelo?”, sino “¿con quién pongo mi alma en manos?”. Y esa diferencia, aunque no siempre se vea desde afuera, es decisiva.

La mirada que se volvió filosofía de vida

En las últimas dos décadas, las Constelaciones Familiares se consolidaron como un abordaje terapéutico de vanguardia. Su expansión no fue casual: los movimientos internos que produce en quienes participan, y los cambios de mirada que despierta, la transformaron en una auténtica filosofía de vida.

Sin embargo, su crecimiento también trae una responsabilidad inevitable. Porque cada persona que constela se abre y expone lo más delicado de su ser. Lo que entra en juego no es solo una historia: es el alma del consultante. Y ahí no hay lugar para la liviandad ni para el ego del facilitador.

Desde ese lugar, Otros Ojos propone detenerse y aclarar sus principios de trabajo. No como un eslogan, sino como una forma ética de ofrecerse al servicio del otro.

Diez años de formación real, no decorativa

Augusto y Belena cuentan que hace una década participan de talleres, congresos, seminarios, profundizaciones y supervisiones con un objetivo muy concreto: seguir aprendiendo, sostener su actualización permanente y acompañar la evolución natural que este abordaje tuvo con el tiempo.

Esa formación no es acumulación de diplomas. Está sostenida por una idea simple y exigente: nadie puede dar lo que no tiene. Por eso, además del estudio, ambos afirman dedicar tiempo y energía a trabajar continuamente en sí mismos. Porque solo desde ese lugar —desde lo propio ordenado— se puede guiar un proceso que toca destinos familiares, heridas profundas y movimientos del alma.

Y, como ellos mismos reconocen, el mayor reconocimiento que reciben no es un título, sino la valoración de quienes ya pasaron por la experiencia a través de su acompañamiento.

Un espacio cuidado, íntimo y con cupo limitado

En Otros Ojos se privilegian los encuentros grupales con cupos acotados. La razón es clara: buscan generar un clima de seguridad, contención y respeto, donde la experiencia sea vivida de forma personalizada.

Augusto y Belena aclaran que valoran y disfrutan también de talleres con más volumen de gente —de hecho, los ofrecieron—, pero hoy se sienten identificados con un formato más íntimo. “Resonamos con esta modalidad”, explican, porque la profundidad del trabajo sistémico pide presencia real.

El recorrido que sostienen hasta hoy es contundente: más de 250 talleres realizados y más de 1500 constelaciones facilitadas. Una cifra que habla no solo de experiencia, sino de continuidad, compromiso y dedicación.

Un camino que nació en La Plata y se expandió

Otros Ojos nació en la Ciudad de La Plata, donde ambos viven. Con el tiempo, fueron convocados para facilitar talleres presenciales en distintos lugares: Merlo, Vicente López, Hudson, Ranelagh, Quilmes, J. M. Gutiérrez y Canning, en Provincia de Buenos Aires; y también en Almagro, Villa Luro y Villa Crespo, en CABA.

Además de los talleres grupales, ofrecen sesiones individuales presenciales en La Plata y también consultas online, ampliando el acceso a quienes no pueden viajar o prefieren un trabajo uno a uno.

Certificación, aval profesional y pertenencia institucional

Otro punto que destacan es su formación formal dentro de la disciplina. Otros Ojos está certificado y avalado por el Centro Athy de Buenos Aires, institución reconocida en el ámbito de las Constelaciones Familiares.

Y, además, Augusto forma parte del staff profesional de consteladores familiares del Centro, lo que refuerza su compromiso institucional con el abordaje y su práctica supervisada.

De la transformación personal al servicio

Tal vez el núcleo más íntimo del mensaje de Augusto y Belena sea éste: su compromiso con las Constelaciones Familiares nace de su propia historia. No hablan desde la teoría: hablan desde la transformación.

Constelar les dio respuestas, dirección y una nueva manera de vivir. Una manera distinta de relacionarse con lo que la vida trae, con el dolor, con los vínculos y con el destino. Y, en palabras de ellos, lo que intentan devolver es lo mismo que las Constelaciones les dieron: un amor ordenado.

Desde ahí se ofrecen al servicio. Con la intención de ser faro para quienes se sientan llamados a este camino. Porque el lugar físico es circunstancial: así como alguien los tomó de la mano a ellos, ellos hoy toman a otros, y otros mañana tomarán la de nuevos buscadores. Es un camino compartido.

Y el destino profundo, dicen, es uno solo: caminar hacia una humanidad basada en el Amor del Espíritu aquí en la Tierra.

Reflexión final:

La reconciliación que sostiene la vida

Una constelación no es un espectáculo. Es un acto de humildad frente a fuerzas más grandes. Y cuando alguien constela, su alma pide ser tratada con respeto. Por eso, la elección del facilitador es parte del movimiento hacia la sanación.

Quien facilita con responsabilidad no se coloca por encima del consultante: se coloca al lado de la vida. Se entrena, se supervisa, se ordena por dentro y aprende a mirar sin juicio. Porque el amor solo cura cuando está en orden.

Y cuando una pareja como Augusto y Belena decide ofrecerse desde la experiencia, la formación y la propia transformación, aparece algo esencial: la ayuda verdadera. Esa que no invade, no empuja, no promete. Solo acompaña a que cada uno encuentre su lugar.

Ahí, en ese gesto silencioso, la vida vuelve a fluir.

Si querés ordenar tu vida desde la raíz, constelá con Otros Ojos Mirada Holística — turnos por WhatsApp.

Instagram: @otrosojos_miradaholistica
WhatsApp (consultas y turnos): 221 561 6852 (Augusto)

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