jueves 28 de agosto del 2025

Dra. Celeste Morelli: todo lo que tenés que saber sobre bioestimuladores de colágeno

En esta nota a CARAS, la Dra. Celeste Morelli nos explica en detalle cómo actúan los bioestimuladores, qué beneficios ofrecen, cuáles son sus diferencias con otros tratamientos y qué cuidados tener antes y después de aplicarlos. Galería de fotosGalería de fotos

Dra. Celeste Morelli: todo lo que tenés que saber sobre bioestimuladores de colágeno
Dra. Celeste Morelli: todo lo que tenés que saber sobre bioestimuladores de colágeno | CONTENTLIKE CARAS
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Celeste, ¿cómo definirías a los bioestimuladores y por qué creés que se volvieron tan populares en el último tiempo?
Los bioestimuladores de colágeno son sustancias inyectables que estimulan a la piel a producir colágeno de forma natural, mejorando progresivamente la firmeza, elasticidad y densidad cutánea. A diferencia del ácido hialurónico, no “rellenan” en el momento, sino que rejuvenecen desde adentro, generando resultados más naturales y duraderos.

¿Qué beneficios pueden notar los pacientes luego de aplicarse bioestimuladores y cómo varían según el tipo de piel o edad?
Los beneficios son múltiples y dependen de diversos factores como el tipo de piel, los cuidados previos, la edad, la zona tratada y el producto utilizado. Entre los efectos generales más notorios se encuentran:

  • Una mayor firmeza y elasticidad: gracias a la producción de nuevo colágeno y elastina, la piel se tensa de forma progresiva, siendo ideal para tratar flacidez leve a moderada, especialmente en rostro y cuello.
  • Mejora de la textura y calidad cutánea: la piel se ve más suave, luminosa y revitalizada. Además, se reduce la apariencia de poros dilatados y el aspecto apagado.
  • Reducción de líneas finas y arrugas: si bien no tienen efecto de relleno inmediato como el ácido hialurónico, al generar colágeno se mejora la estructura profunda de la piel, suavizando líneas.
  • Efecto lifting natural: particularmente en mejillas, línea mandibular y cuello. No cambia los rasgos, pero redefine contornos con naturalidad.
  • Prevención del envejecimiento: en pacientes jóvenes, ayudan a preservar la estructura dérmica y prevenir la flacidez futura.
  • Resultados duraderos: los efectos pueden persistir entre 12 y 24 meses, dependiendo del producto y del metabolismo del paciente.

En cuanto a la edad y el tipo de piel, en personas jóvenes —entre los 30 y 40 años— se observan efectos más preventivos, con mejoras en luminosidad y turgencia, y generalmente se requieren menos sesiones y menor cantidad de producto. En pieles maduras —entre 40 y 55 años— se nota una mejora más significativa en firmeza, densidad y tono, pero suelen necesitar al menos dos sesiones. En personas mayores de 55 años o con piel muy fina, los bioestimuladores ayudan a reestructurar la dermis en profundidad y mejorar la flacidez, y muchas veces es recomendable combinarlos con otros tratamientos.

También hay que considerar el tipo de piel: en pieles grasas con poros dilatados, mejora la textura y se reduce la apariencia de los poros; mientras que en pieles secas o desvitalizadas se gana grosor dérmico, hidratación y luminosidad, sobre todo si se combinan con skinboosters o skin builders.

Importante destacar:
Los bioestimuladores no generan volumen inmediato, por lo tanto:

  • Son ideales para quienes no desean cambios bruscos en su rostro.
  • Requieren paciencia, ya que los resultados comienzan a verse a los pocos meses de finalizar el protocolo.
  • Por lo general, se indican entre una y tres sesiones, según la edad y el producto utilizado.

¿En cuanto a zonas del rostro, cuáles son las más efectivas o recomendadas para este tipo de tratamiento?
En el rostro, los bioestimuladores de colágeno se aplican estratégicamente para mejorar la calidad de la piel, redefinir contornos y tratar la flacidez. A diferencia de los fillers, no aportan volumen de manera inmediata, pero sí una reestructuración profunda que embellece de forma natural.

Las zonas más recomendadas son:

  • El tercio medio del rostro, es decir, mejillas y pómulos, ya que al estimular el colágeno en esta área —una de las más visibles— se logra un efecto lifting natural.
  • La línea mandibular, que ayuda a definir el óvalo facial y combatir el desdibujamiento por envejecimiento.
  • Los surcos nasogenianos y las líneas de marioneta, que se suavizan indirectamente al tratar zonas de soporte como los pómulos o mejillas. En algunos casos, se complementa con relleno directo si hay una pérdida significativa de volumen.
  • La región temporal y preauricular, muy útil para estimular zonas que suelen presentar atrofia grasa.
  • El cuello y la papada, donde mejora la calidad de la piel y se obtiene un leve efecto tensor.

En cuanto a las zonas no recomendadas, los labios no son aptos para bioestimulación, ya que este tratamiento no está indicado para dar volumen ni perfilar, por lo que se recurre al ácido hialurónico. Tampoco se aconseja en nariz, por riesgos y falta de evidencia en esa zona. La frente no es una zona habitual para bioestimulación profunda, ya que las arrugas dinámicas se tratan mejor con toxina botulínica.

¿Cómo se diferencian los bioestimuladores de otros procedimientos más conocidos como el bótox o los rellenos con ácido hialurónico?

Es una excelente pregunta. Cada tratamiento tiene una función diferente:

  • Bioestimuladores de colágeno: estimulan a los fibroblastos para que produzcan colágeno nuevo, mejorando de forma gradual la firmeza, calidad y elasticidad de la piel. Se aplican en zonas como mejillas, mandíbula y áreas fijas del rostro para lograr un efecto lifting sin volumen artificial. Los resultados comienzan a notarse entre los 60 y 90 días, y pueden durar entre 12 y 24 meses.
  • Toxina botulínica (conocida como bótox): actúa relajando temporalmente los músculos que generan arrugas dinámicas, como las patas de gallo, la frente o el entrecejo. También tiene usos terapéuticos, como en el tratamiento del bruxismo. El efecto se empieza a ver entre los 3 y 5 días, con duración de 3 a 5 meses.
  • Rellenos con ácido hialurónico: se utilizan para reponer volumen y perfilar zonas específicas como labios, pómulos, mentón u ojeras. Su efecto es inmediato y puede durar entre 6 y 18 meses según la zona tratada.

En resumen, mientras los rellenos dan volumen y el bótox suaviza las arrugas musculares, los bioestimuladores actúan a mediano plazo para rejuvenecer desde adentro, con un resultado muy natural.

¿Qué expectativas realistas debería tener una persona que se inicia con este tratamiento? ¿Cuándo empiezan a notarse los cambios?
Es fundamental que quien se inicia con bioestimuladores tenga expectativas realistas. No es un tratamiento de resultados inmediatos, como el ácido hialurónico o la toxina botulínica, sino que actúa a través del propio organismo, que debe producir nuevo colágeno.

  • No vas a salir del consultorio viéndote diferente.
  • Los primeros cambios visibles aparecen entre las 10 y 12 semanas, al finalizar el protocolo indicado.
  • El pico máximo de producción de colágeno suele alcanzarse a los 6 meses. Por eso muchas veces se sugiere repetir sesiones espaciadas según el caso.
  • El resultado es sutil pero acumulativo: vas a notar que te ves mejor, con más luminosidad, contornos más definidos, pero sin perder tu expresión natural.
  • La duración del efecto puede extenderse entre 12 y 24 meses.
  • Además de mejorar flacidez y firmeza, se nota una mejora general de la calidad cutánea: poros más cerrados, mayor densidad y textura más pareja.

Este tratamiento es ideal tanto para prevenir el envejecimiento en pieles jóvenes como para tratar signos ya visibles en pieles maduras.

¿Qué cuidados sugerís antes y después de aplicarlos para potenciar los resultados y mantener la piel saludable?
Para maximizar los beneficios y minimizar los riesgos, es muy importante acompañar el tratamiento con cuidados específicos antes y después de cada sesión.

Antes del tratamiento:

  • Evitar antiinflamatorios como ibuprofeno o diclofenac durante 48 a 72 horas previas.
  • No consumir alcohol en las 24 a 48 horas anteriores.
  • No realizar otros procedimientos invasivos durante la semana previa, como peelings o láseres intensos.
  • Informar al profesional si se toman anticoagulantes o aspirina.
  • Llegar al consultorio con la piel limpia, sin maquillaje ni cremas irritantes.

Después del tratamiento:

  • No masajear ni tocar la zona tratada, a menos que lo indique el profesional.
  • Evitar el sol directo y usar protector solar FPS 50+ durante al menos una semana.
  • No hacer actividad física intensa ni usar sauna o baño caliente durante 24 a 48 horas.
  • Evitar el alcohol y el cigarrillo durante las 48 horas posteriores.
  • No realizar otros tratamientos estéticos en la zona tratada durante al menos 7 a 15 días.
  • Mantener una buena hidratación interna (mínimo 2 litros de agua al día) y usar cremas humectantes.
  • Incorporar alimentos ricos en vitamina C, aminoácidos y colágeno como frutas cítricas, frutos rojos, caldo de huesos, huevo o pescado.

Como refuerzo, también se pueden utilizar productos tópicos como cremas con péptidos, retinol o niacinamida (según tolerancia) y sumar tratamientos complementarios como skin builders o mesoterapia.

PARA CONOCER MÁS:

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