sábado 27 de julio del 2024

El despertar espiritual es impostergable

CREDITO CARAS

El despertar espiritual es tener el coraje de mirar con los ojos llenos de humedad las partes que nos incomodan.

Es tener la valentía de no aprisionar bajo barrales un alma inquieta que busca expresarse y construir con amor propio los muros de nuestra propia casa en la que añoremos despertar cada día con el calorcito tibio de la mañana con aroma a diciembre.

Es tener voz propia y convertir nuestro canto en un puente de expresión de nuestra alma; es amarnos con nuestras cicatrices aceptando lo que somos como un regalo divino de lo que fuimos. 

El despertar espiritual es tener la certeza que siempre estaremos bajo el cobijo de nuestro propio cielo donde los inviernos no serán tan frìos, y los otoños no dolerán tanto.

Es convertirnos en nuestro propio respaldo, acurrucarnos en nuestro propio regazo, porque aún cuando otros estén con nosotros, no habrá mayor salvación que nuestro amor propio.

Es sentir que ya no pertenecemos a la manada porque nuestra nueva silueta no encaja en lugares ordinarios.

Despertar es renacer como las flores en primavera, como cada domingo del mes donde las ausencias cobran presencia y nos recuerdan el ritmo frágil de la vida.

Es contar nuestra propia historia sin importar quienes sean nuestros lectores y quedarnos abrazados a la vida bajo la melodía que nace de las extraordinarias partituras tejidas por nuestro espíritu.

Es remover la tierra que se encontraba bajo la alfombra para dibujar un nuevo suelo, ese en el cual podamos andar descalzos, a nuestro propio ritmo, construyendo nuestro destino por la arena.

Despertar es despejar la tormenta que se encontraba dentro para que salga el sol  e ilumine todo por fuera.

Es darnos cuenta que el botoncito que nos encendía no estaba tras los límites de nuestra piel, para convertirnos en luces de arcoiris capaces de alumbrarlo todo.

Porque el brillo interno no solo puede apreciarse a través de nuestra mirada, sino en la caricia compasiva de nuestras manos que como esa comida de la abuela puede transformar un día gris en un eterno jardín.

Despertar es abrazar la astucia de transformar en posibilidad todos nuestros días, es tener el corazón repletito de amor y ojala que cuando la vida nos duela siempre podamos volver a ese nido donde nuestro corazón sea guía. 

Despertar, es no maquillar la vulnerabilidad sino vestirla del lado de nuestras sonrisas y no del lado de nuestros temores; es abrir el puño para dejar ir lo que nos entorpece y abrir el alma para dejar entrar lo que nos salva.

El despertar espiritual es impostergable para no vivir bajo el pretexto de los miedos sino bajo la dictadura de las ganas.

Reflexiones de Valentina Payo, Creadora del sitio Healthy Lovers

Ig: healthy.lovers

Web: www.healthyloversvp.com

 

 

 

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