Desde hace tres años, ha liderado la Fundación Mil Flores, un espacio donde la empatía y el amor se convierten en herramientas para transformar vidas de muchos jóvenes no solo del conurbano, sino de Argentina.
La misión de la Fundación Mil Flores es clara y poderosa: acercar la salud a aquellos niños que no tienen acceso, brindar información sobre la prevención de enfermedades, abordar la violencia familiar y ofrecer orientación vocacional a jóvenes que están a punto de dar un paso crucial en sus vidas: terminar el secundario.
Andrea Luzuriaga, con su corazón generoso, ha dedicado su vida a esta causa, recordando siempre su propia infancia, marcada por la escasez y la lucha. "Me motiva mi propia historia de vida", dice Andrea, y es esa motivación la que la impulsa a seguir adelante, a no bajar los brazos.
Las charlas que organiza en escuelas y en iglesias evangélicas son un testimonio del impacto que puede tener una conversación. En ellas, jóvenes y mujeres descubren realidades que a menudo han sido normalizadas, como la violencia en el hogar.
Andrea sabe que el primer paso hacia el cambio es el conocimiento, y su equipo de profesionales está siempre listo para ofrecer apoyo y orientación. Desde la prevención de enfermedades hasta la búsqueda de un futuro académico, cada detalle cuenta.
Recientemente, la Fundación tuvo el honor de contar con la presencia de Sebastián Mascherano, hermano del astro futbolístico, quien compartió su experiencia sobre la prevención de adicciones.
Este tipo de encuentros no solo enriquecen a los jóvenes, sino que también les muestran que hay esperanza y que el apoyo está a su alrededor. "De las adicciones se sale apoyándose en el entorno", dice Andrea, recordándonos la importancia de la comunidad en el proceso de sanación.
En octubre de este año recibió un reconocimiento a su labor, donde fue reconocida como "Embajadora de Paz". Ello, sin lugar a dudas, es un reflejo del arduo trabajo y la dedicación que ha puesto en su labor.
Andrea no solo lleva consigo la bandera de la paz, sino que también sueña con un futuro donde cada niño tenga acceso a atención médica, apoyo escolar y un ambiente seguro donde crecer. Su visión incluye la creación de casas integrales para la niñez, donde cada pequeño pueda encontrar un refugio de amor y oportunidades.
Historias de vida de mujeres verdaderas, como la de Andrea Luzuriaga, hacen de este: Un mundo mejor.
Conoce más en: https://www.instagram.com/_andrealuzuriaga/