Si te pasa que tenés que empezar a sacar cuentas de cuánto tiempo pasó desde que tuviste relaciones sexuales, te cuento que no estás solo/a. Cada vez hay más consultas —individuales y de pareja— por falta de deseo o por esa sensación de que “antes estábamos a full y ahora… ¿qué pasó acá?”.
Y claro, cuesta aceptar que el deseo no es automático ni lineal, sino un combo de cuerpo, mente, emociones, descanso y contexto.
Spoiler: si alguno de esos factores se desacomoda, la libido pega el faltazo.
Uno de los grandes enemigos: el estrés constante. Vivimos acelerados, con la cabeza prendida fuego y mil pendientes diarios. Y cuando por fin llega el momento de “relajarnos”… adiviná qué pasa: nos quedamos dormidos.
También está la carga mental (especialmente en mujeres): recordar turnos médicos, compras, trabajo, la reunión del cole… Con todo eso encima, es difícil darle lugar al erotismo.
Otro clásico: la rutina, que pasa del “qué emoción” al “otra vez lo mismo”. Si a eso le sumamos pantallas, factores médicos, inseguridades corporales, conflictos de pareja y una cuota de expectativas irreales (sí, gracias porno falopa por tanta presión), es lógico que el deseo diga “yo acá no me divierto”.
Pero hay buenas noticias: el deseo se trabaja. No es algo que se tiene o no se tiene. Se construye.
Y acá te voy a dejar algunas ideas para empezar

Tips para encender la llama
• Cita agendada: lo espontáneo es hermoso, ya lo sabemos, pero la agenda también es sexy si significa “reservarnos tiempo para nosotros”.
• Tiempo de calidad vs. coexistencia: estar juntos no es lo mismo que estar conectados. Busquen actividades que generen esa conexión.
• Erotizar la vida: no todo empieza en la cama. Mensajes picantes, fotitos sugerentes, miradas y caricias que no esperen un “final feliz” y te dejen con ganas de más.
• Hablar de lo que nos gusta (y de lo que no): el deseo agradece la honestidad.
• Dormir, por favor: no hay libido sin energía, ¿parece obvio, no?
• Pedir ayuda: si te das cuenta de que la situación te afecta, la terapia sexual puede ser una gran aliada.
Y, por último, un recordatorio: no hay una cantidad “normal” de sexo. Lo importante es que ambos estén cómodos con cómo se sienten y cómo se vinculan. Menos comparación con los demás y más conexión con lo que sucede en tu mundo real.
Porque el deseo no desaparece: a veces solo necesita que lo vayan a buscar.
En definitiva, para que el deseo no se pierda, hay que trabajarlo, innovar, jugar y animarse a salir de la rutina.
Hablar de sexualidad es hablar de salud, bienestar y vínculos sanos.
Si te interesa seguir profundizando en temas como este, podés encontrarme en Instagram como @lic_psicoloca, donde comparto información, humor y herramientas para disfrutar más tu vida sexual y vincular.
Nos leemos por ahí.
Soy Nadia Ciuffo Valdez, Lic. en Psicología, Sexóloga Clínica y Terapeuta de Parejas.
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