viernes 29 de marzo del 2024

Matias Bettatis: el arte de generar oportunidades

"Cumplo un rol de facilitador y realizo análisis de productos para brindarles nuevas oportunidades a las personas que se acercan a mi oficina".

Fundada en el año 1980 por su padre, Bettatis Asesores Inmobiliarios fue el lugar de Matías Bettatis desde muy chico. “Comencé a trabajar en la inmobiliaria poniendo carteles y haciendo guardias los fines de semana. Muchas veces la gente me preguntaba qué edad tenía. Creo que mis primeras guardias las realicé a los 16 años. Así me fui formando con la seguridad de que trabajar era la única manera de salir adelante”, dice Matías, Administrador de Empresas.

¿Cómo dejaron de ser netamente inmobiliaria tradicional y convertirse en asesores en desarrollos?

Después de recibido, me aboque 100% a la inmobiliaria. No teníamos ningún emprendimiento a la venta, pero recuerdo decirle a mi papá que él se encargará de la inmobiliaria, y que me acompañara, que yo iba a cumplir mi sueño: de ser asesor en desarrollos inmobiliarios.

No me gustaba mucho la idea de vender lo que alguien hacía, a determinado precio y esperar que venga el comprador. Todos los clientes tienen necesidades y apreciaciones del producto totalmente distintas, y me entusiasmo la idea de poder llegar a formar equipos de trabajo donde pudiera plasmar todo lo aprendido en la vida, los valores que me trasmitieron mis padres y de esa manera ser parte de la cadena de valor en la creación de viviendas.

Desde el 2007 aproximadamente, me fui involucrando en la generación de valor en lo que hoy puedo denominar el metro cuadrado eficiente. Además, en aquellos años también me iba capacitando en diversas áreas. Realicé en el CEMA la Diplomatura en Competencias Organizacionales, basado en la negociación y resolución de conflictos, inteligencia emocional, liderazgo y también, coaching gerencial.

¿Con qué herramientas logró llegar a lo que llama metro cuadrado eficiente?

Cumplo un rol de facilitador y realizo análisis de productos para brindarles nuevas oportunidades a las personas que se acercan a mi oficina. Esto me lleva a ayudarlas a que puedan interpretar las inversiones de una manera distinta. Entendiendo la conducta de los individuos y cómo analizan el riesgo, los puedo asesorar para cumplir sus sueños.

¿Cómo ve el mercado inmobiliario en este convulsionado 2019?

Lo importante es lo que está dentro de mi círculo de influencia, es real que estos meses se redujo el mercado por la incertidumbre de las elecciones, la suba del dólar  y la falta de créditos. Cómo está situación es ajena a nosotros, tenemos que evaluar qué hacer para vencer esa tendencia.

Hay que tener productos interesantes a esta nueva realidad que nos presenta el mercado. Hasta puedo decir que es una oportunidad. Uno de los secretos es la pérdida de precio de referencia, ya que se está tomando como precio el valor publicado en los portales inmobiliarios, y el único precio que existe es cuando se junta oferta con demanda.

El problema no es el mercado. El dinero de la mayoría de las inversiones es genuino, solo hay que ser muy serio e ingenioso a la vez para captarlas. El ladrillo bien adquirido es una manera muy segura de conservar los ahorros mientras esa inversión sea con un sobrante de capital y no con dinero que necesitemos para gastos corrientes. Con el tiempo, siempre se fue capitalizando en dólares y nos permite tener bien cuidado nuestro capital.

¿Por qué es padrino de un colegio de bajos recursos?

La acción social es muy importante para mí. El colegio San Rafael, en San Fernando, del que soy padrino, se encuentra en la entrada a un barrio que se llamaba Barrio de La Puñalada con todos los niveles de educación y pasó de estar en el olvido a ser un colegio del que todos hablan.

Es una obra muy importante que ayuda no solo a los chicos que concurren a la institución, sino también a los padres, directivos y las hermanas de la Congregación los Ángeles Custodios, que hacen algo maravilloso. Lo fundamental no es el edificio, sino el amor que hay dentro de esas paredes.

El trabajo de inclusión social en ese colegio es increíble. La labor diaria de las hermanas, directivos y docentes, lo trasforman en un lugar único para todas las personas que pasaron años de su vida estudiando o trabajando en el mismo.

Es una fábrica de esperanzas para muchos chicos del barrio San Rafael, y una tranquilidad para los padres del barrio. Aprovecho para agradecer a todas las personas y empresas que colaboran para que el colegio siga creciendo y cada vez más sean más los chicos que puedan ser parte del San Rafael.

Para contacto: Sarmiento 1188, San Fernando, Buenos Aires. Tel.: (011) 4725.1111. Mail: [email protected].

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