La primavera no llega de golpe. Primero es apenas un murmullo: un brote tímido que se atreve a asomar, un perfume que el viento trae sin previo aviso, una luz distinta que acaricia la piel. Así también es el despertar interior: comienza con gestos pequeños, casi imperceptibles, que anuncian que algo nuevo está por nacer.
La naturaleza tiene su propio reloj, uno que no se apura, que confía. El invierno fue recogimiento, pausa y silencio; la primavera es apertura, expansión y vida. En mindfulness aprendemos a escuchar esos mismos ciclos dentro nuestro: a honrar los tiempos de descanso y a reconocer cuándo es hora de florecer.
Florecer no siempre significa cambiarlo todo. A veces es levantar la mirada del celular y descubrir que las glicinas ya cubrieron la vereda de violeta. O animarse a decir “sí” a algo que hace tiempo deseabas. O, simplemente, inhalar profundo y sentir que el aire huele distinto, más vivo.
La ecopsicología, nos invita a reconocer la profunda conexión entre la vida humana y el mundo natural, recordándonos que nuestra salud emocional y nuestro bienestar dependen también de cómo nos vinculamos con el entorno. Como plantean Sewall y Fleischner (2019) en Ecopsychology, muchas veces hablamos de la “naturaleza” de forma abstracta, cuando en realidad necesitamos volver a mirar con atención y especificidad lo vivo que nos rodea.
La ecopsicología nos recuerda, que ampliar la mirada hacia lo que nos rodea no solo enriquece nuestra percepción, sino que también nos renueva y nos integra en una trama mayor de vida.
Desde Áine - Psicología y desarrollo personal, creemos necesario reconocer y habitar los ciclos de la naturaleza, porque nos recuerdan que también somos parte de esos ritmos: momentos de florecer, de soltar, de gestar y de descansar. Al integrar esta mirada en nuestra vida cotidiana, cultivamos mayor presencia, bienestar y equilibrio.
Por eso, dentro de nuestros Servicio Grupales, ofrecemos como propuesta los Talleres presenciales por estaciones: Ciclando con la Naturaleza. Encuentros temáticos que integran Mindfulness, Psicología y prácticas creativas, según la energía de cada estación del año, acompañando a las personas a transitar sus propios procesos vitales en sintonía con la naturaleza.
En este marco, los ciclos de la naturaleza —como el florecimiento de la primavera— se vuelven una metáfora y una práctica para nuestros talleres. Al acompañar los ritmos naturales, fomentamos un reencuentro con la vitalidad y con la capacidad de asombro, disminuyendo la sensación de alienación propia de la vida moderna.
En Septiembre, estaremos lanzando el Taller de Primavera, una propuesta para abrirnos a lo nuevo, florecer desde adentro y renovar la energía.
Te proponemos un pequeño ritual para que realices el 21 de septiembre y recibas la primavera con presencia:
Buscá un espacio al aire libre. Llevá una maceta pequeña, tierra fértil y semillas (pueden ser de flores o hierbas). Prendé una vela blanca como símbolo de claridad y nuevos comienzos. Cerrá los ojos, sentí la luz sobre tu piel y respirá profundo tres veces. Con cada semilla que coloques en la tierra, repetí internamente una intención para esta nueva etapa; por ejemplo: “cultivo la paciencia”, “florezco en confianza”, “me abro a lo nuevo”. Regá suavemente y colocá la maceta en un lugar donde puedas verla crecer. Agradecé en voz alta por lo que ya tenés y por lo que está por venir, sintiendo la energía renovadora de la primavera.
Recordá: la primavera no ocurre sólo afuera. Puede habitarte por dentro, si te das el permiso de sentirla. Y si en este momento necesitás que alguien te acompañe en tu propio florecer, escribinos. Caminemos juntas este tiempo de renacer.
Datos de contacto:
Instagram: aine.psicologia
E-mail: [email protected]
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