Uno de los servicios generales más solicitados que tenemos, es sin dudas, es el de electricidad. Para ello contamos con una dotación de técnicos especializados en el área, capaces de resolver cualquier tipo de problema. Dada la importancia de tener una correcta instalación eléctrica en su hogar, he aquí cuatro consejos que te dejamos para que el montaje energético de tu casa sea seguro.
Tener en cuenta algunas cuestiones claves puede evitar electrificaciones, incendios y sobretensiones que afecten la vivienda, los artefactos y la seguridad de los habitantes del hogar.
Los elementos de protección contra la tensión y las correctas conexiones eléctricas son algunos de los aliados principales para la vivienda, que evitan la electrificación de los artefactos e incluso que se produzcan incendios y sobretensiones que puedan dañar un electrodoméstico o a los habitantes del hogar.
PROFESIONALES CONFIABLES te cuenta cuáles son algunas de las cuestiones a tener en cuenta a la hora de pensar las instalaciones eléctricas en una casa.
1. Tres patas son mejor que dos
A partir de 2007, se prohibió en Argentina la comercialización de cualquier otro tipo de enchufes, tomacorrientes y adaptadores que no sean de tres patas planas (positivo, negativo y tierra). Según esta resolución, la tercera pata brinda protección ante eventuales fallas en el aislamiento de los equipos y permite que cualquier descarga eléctrica sea a tierra.
En el caso de los aparatos más pequeños y de carcasa plástica (impresoras, licuadoras, equipos de audio), la norma establece que pueden tener enchufes de dos patas planas inclinadas.
Para que este mecanismo funcione, al momento de la construcción es fundamental conectar todas las partes metálicas de una instalación eléctrica (por ejemplo tableros, cajas y tomacorrientes) a un cable de cobre electrolítico aislado de color verde amarillo, que recorre toda la conexión junto a los conductores de energía y se conecta firmemente a una jabalina enterrada en el suelo. El objetivo es derivar allí toda fuga de corriente que hace peligroso cualquier contacto directo o indirecto con elementos electrificados.
2. Los cables son importantes
Así como el diámetro de un caño está en función de la cantidad de agua que pasa por su interior, el de un conductor eléctrico depende de la cantidad de corriente que circule por él. Esta se genera mediante el roce de electrodos, que produce cierta temperatura.
Los cables soportan dicho calentamiento hasta cierto límite. Superado este, comienza el deterioro: los materiales aislantes se derriten y exponen al alambre de cobre, lo que puede provocar cortocircuitos y causar incendios. Por esto, es importante que sean correctamente dimensionados para resistir no sólo la carga eléctrica actual, sino también la requerida en un futuro próximo.
Para la seguridad del hogar, hay que verificar que estén intactos y en buenas condiciones; fuera de las áreas de circulación; no instalados por debajo de alfombras o detrás de zócalos -ya que requieren ventilación y pueden recalentarse y ocasionar incendios-; priorizar el uso de cable canal por sobre las conexiones expuestas; y desenchufar los artefactos por el cuerpo aislante de la ficha y nunca por el cable.
3. Cuantos más circuitos, mejor
Se llama circuito a todo conductor o sistema de conductores a través de los cuales puede fluir una corriente eléctrica. En el hogar, las normas prescriben la separación de al menos dos: de iluminación y de tomas.
El primer motivo de esta exigencia es que un circuito no debe ser afectado por la falla de otro. El segundo es que la separación ayuda a la implementación de medidas de protección para la casa.
Además, es recomendable un tercer circuito exclusivo para artefactos de gran consumo (cocina eléctrica, aire acondicionado, etc.). En estos casos, los conductores deben de ser bien dimensionados para asegurar su correcto funcionamiento.
4. No confundir fusibles con térmicas o disyuntores
Actualmente, los fusibles se usan cada vez menos y son reemplazados por las llaves térmicas, que cumplen la misma función pero sin la necesidad de cambiar elementos fundidos.
Los disyuntores detectan fugas a tierra o fallas de aislamiento, ya sea por un contacto accidental de una persona como por el mal funcionamiento de un artefacto. Las térmicas, en cambio, protegen los cables de la instalación ante sobrecargas y cortocircuitos.
Entonces, es importante comprender que, mientras la térmica protege la instalación, el disyuntor protege equipos y personas. Existe en el mercado un mismo instrumento que cumple con las dos funciones a la vez, es económico y se recomienda utilizarlos.
En conclusión, la seguridad eléctrica en el interior de los hogares depende de varios factores. Si se toman en cuenta las recomendaciones anteriores, la instalación será de calidad, evitará el desperdicio de dinero y minimizará el riesgo de accidentes. Es fundamental que la manipulación la realice personal capacitado y matriculado por los organismos habilitados.
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