Una de las formas más sencillas y rápidas de limpiar nuestro cuerpo espiritual es mediante la conexión con la naturaleza. Cuando tenemos la posibilidad, caminar descalzos sobre la tierra nos ayuda a estabilizar nuestra energía más sutil. Basta con tan solo unos minutos para sentirnos relajados y calmar nuestro sistema nervioso.
Otra técnica que podemos utilizar es la de imaginarnos cubiertos de luz azul, o dentro de una esfera de luz de cristal rodeados de ángeles, de nuestros guías espirituales, o incluso de fuego. Al hacerlo, podemos imaginar que los ángeles o el fuego nos protegen contra cualquier entidad o energía negativa que pueda sentirse atraída a nuestro campo.
Pasar tiempo en soledad es otra forma de higiene espiritual porque cuando estamos solos, recargamos nuestros niveles de energía y estamos más alineados y en eje con nuestro cuerpo físico. De este modo, podemos interactuar con las personas y nuestro entorno de una manera más saludable y beneficiosa.
Otra manera de proteger nuestra energía es respirar en diferentes patrones para calmar nuestro sistema nervioso y estar más anclados al momento presente. Podemos hacer esta práctica en cualquier momento y solo toma cinco minutos, pero sus beneficios son enormes. Entre otras cosas, nos ayuda a centrarnos y estar más conectados con lo que sucede a nuestro alrededor. Debido al trajín del día a día, tendemos a perdernos en nuestros pensamientos e “irnos de nuestro cuerpo”, absorbidos por las urgencias diarias. Pero al respirar conscientemente, volvemos a nuestro cuerpo y le enseñamos que estamos seguros y que no corremos peligro.
Otra forma de higiene espiritual es la desintoxicación digital. Esto puede resultar complicado porque dependemos de nuestros teléfonos. A veces trabajamos con nuestras computadoras o celulares la mayor parte del tiempo. Así que cada persona tiene que encontrar su propia manera, pero si logramos desconectarnos durante dos o tres días, sentiremos un gran impacto en nuestro bienestar general.
Y finalmente, la visualización. La visualización es una técnica en la que visualizamos un animal, lugar, entorno, persona, personaje, ángel o entidad para sentirnos más relajados y enfocar nuestra mente. Así que, por ejemplo, si amamos el mar, podemos imaginar que estamos allí, quizás nadando o caminando en la arena. Podemos imaginar cómo se siente nuestro cuerpo, sentir la sensación de nuestros pies cuando tocan la arena, visualizar los pájaros, sentir la brisa suave en nuestra cara.
Todas estas técnicas nos ayudan a tener una buena higiene energética y nos hacen tomar consciencia de que somos más que solo nuestro cuerpo físico. Tenemos muchos cuerpos, y es fundamental que cuidemos y limpiemos nuestro cuerpo espiritual, porque al final del día somos energía. El cuerpo espiritual es crucial en todas las experiencias que tenemos en la vida, seamos o no conscientes de ello.
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