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Imagínate una cita en la que aprendes a hacer sushi, te deleitas con exquisitos platos y te divertís en un ambiente relajado. ¿Dónde? en Bijutsukan, un speakeasy urbano donde el arte se fusiona con la buena comida.
Ubicado en algún rincón secreto de Buenos Aires, ¿cómo lo encontrás? Bueno, la fachada es una puerta negra con una cerradura y una botonera. No hay más pistas... seguro la gente que pasa por ahí ni sospecha que detrás se esconde un paraíso culinario. Un lugar lleno de historias, sushi, talleres y una buena dosis de creatividad.
¿Dónde? Buscalos en Redes como Bijutsukan Sushi (significa museo de arte, pero eso no viene al caso) reservas a través de su página web, que te lleva directo al WhatsApp donde te mandan toda la info. y un código para ingresar en la botonera que te conté.
Cuando abrís la puerta, te encontrás con un pasillo lleno de arte digital y una decoración que te transporta a otro mundo al instante.
¿Qué actividades tienen? Además de ser un bar que funciona como Speakeasy donde se come sushi delicioso, Sele y Eze quienes están a cargo, decidieron llevar la experiencia un paso más allá. Ofrecen clases intensivas de sushi, maridajes gastronómicos, sushi y cócteles, y una experiencia especialmente pensada para parejas.
Al entrar, te reciben con algo para beber. En mi caso, un buen vino blanco para empezar a maridar. Después, las mesas están listas con un plato y una esterilla, porque aunque te dan algunas piezas de sushi para picar, la idea es que armes tu propia cena. ¡Es genial! Mientras disfrutás de una bebida y te divertís, estás aprendiendo a hacer sushi.
Ahora, al frente del lugar está Sele, quien te explica con una esterilla en mano cómo enrollar y hacer el sushi, mientras Eze pasa dejando porciones de arroz ya preparado. Las parejas se van familiarizando con el arroz y empiezan a estirarlo. Es una postal muy divertida, con todas las mesas concentradas en su tarea, disfrutando y riendo. Sele y Eze están siempre ahí para darte una mano en caso de necesitar ayuda con la buena onda que los caracteriza.
Después viene la parte de elegir ingredientes. En mi caso, fui por mis favoritos: palta, salmón y queso. Pero había de todo: mango, pepino, langostino... ¡una fiesta al paladar! Aprovecha que tienen cupo limitado...
