En la última entrega de +CARAS (CARAS TV), Rodrigo Lussich habló de todo y compartió recuerdos íntimos de su niñez, marcada por una crianza poco convencional. Entre mudanzas, viajes a dedo, comunidades hippies y hasta una madrastra nudista, el conductor de Intrusos repasó las experiencias que forjaron su personalidad.
La infancia de Rodrigo Lussich: padres hippies y una vida fuera del sistema
Nacido en Montevideo el 30 de noviembre de 1972, Rodrigo es el segundo de siete hermanos. Sus padres, Charo Pérez y Gustavo Lussich, se conocieron siendo adolescentes en la Escuela de Arte Dramático y, como él mismo contó, eligieron un camino alternativo a las reglas sociales. “Digo que mis padres eran hippies porque no sé cómo resumir tanta psicodelia de los años 70. No querían ser parte del sistema capitalista ni de la sociedad de consumo. Para mis abuelos católicos eran las ovejas negras”, recordó.

Cuando él tenía apenas cuatro años, sus padres se separaron y formaron otras parejas. Sin embargo, la separación definitiva entre ellos llevó más tiempo. “Cuando mi mamá se fue con una especie de circo, mi papá la siguió para reconquistarla. Así terminamos en Río de Janeiro”, relató.
Casas prestadas y mudanzas constantes
Durante esa etapa, el pequeño Rodrigo se crió entre casas prestadas: balnearios de Montevideo, departamentos en Canelones y hasta una casona en Pocitos, donde se dio una convivencia particular. “Era una casa enorme, como una mansión. Arriba vivía mamá con su segundo marido y abajo mi papá con su segunda esposa, que curiosamente también se llamaba Charo. Entonces yo alternaba entre las dos familias, que eran muy amigas entre sí”.

“Yo siento que en esa época mis viejos todavía no se soltaban. Con sus terceros matrimonios se cortó el vínculo realmente. Después cada uno siguió su camino, pero esa crianza me marcó”, reflexionó. Con el tiempo, ambos padres volvieron a casarse con parejas argentinas y se establecieron: su madre en Buenos Aires y su padre en Brasil.
La vida en la chacra de Pilar
Ya instalado en Argentina, Lussich vivió con su madre en una chacra en Pilar, donde el día a día estaba lejos de ser fácil. “Criábamos chanchos, vacas, hacíamos huerta. Para llenar el tanque de agua había que hacer 400 bombazos. Con mis hermanos nos turnábamos cada 100. El calefón eléctrico te daba corriente, tenías que abrir las canillas con un peine para no quedarte pegado”, contó con humor.

El trauma de la madrastra nudista
De su infancia también guarda anécdotas insólitas, como la de su primera madrastra, la segunda esposa de su padre. “La llamo mi madrastra la peluda. Vivía en una comunidad nudista y sentía que los pelos eran parte de la cosa, como las mujeres francesas. Yo era chico, habíamos ido a visitar a mi hermanita que vivía allá arriba del cerro y mi madrastra nos recibió completamente en pelotas: ‘Bienvenidos, bienvenidos’. No se depilaba. Fue el primer trauma de la infancia”, relató entre risas.

En esta reveladora entrevista con Héctor Maugeri en +CARAS, Rodrigo Lussich repasó su peculiar infancia entre viajes, casas prestadas y una madrastra nudista, y confesó cómo esas vivencias lo ayudaron a construir la resiliencia que hoy lo define como figura de la televisión argentina.
MDP

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