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La muerte de Diego Maradona conmueve al mundo. Futbolistas, políticos y famosos inundan las redes sociales con despedidas y recuerdos compartidos.
Caras lo acompañó en cada uno de los momentos claves de su vida, tanto personal como profesional. Y fue precisamente en el primer número de la revista, que salió a la calle el 8 de octubre de 1992, donde el Diez compartió toda la intimidad con su familia en Sevilla, España. Las imágenes muestran al ídolo pleno, disfrutando de sus hijas Dalma y Gianina, y romántico con Claudia Villafañe. “Una luna de miel en familia”, así definían ese momento.
Las confesiones de Claudia
“Lo salvamos de la droga”, decía Claudia. Así era el título de la nota de la nota del primer número de la revista, que mostraba el volver a empezar del futbolista en España. “Estoy feliz porque Diego está bien y pudo volver al fútbol. El es el mejor del mundo y no se merecía terminar mal su carrera. Siempre estuve al lado de Diego. Para mi no hay ni buenas ni malas, simplemente él es mi marido y yo lo acompaño en todo lo que haga”, contaba la madre de Dalma y Gianina.
Claudia apostaba todo a ese nuevo comienzo en España, y como siempre, Diego y sus hijas eran su prioridad. “Quiero lo mejor para ellas y me preocupo para que no estén demasiado influenciadas por la figura famosa de su padre. Ellas tienen que ser libres y criarse como chicas normales”, aseguraba en la entrevista.
El detrás de escena de su debut en Caras
“‘¿Qué es Caras?’, nos preguntó Diego. Todavía la revista no había salido a la calle, así que tuvimos que explicárselo. Le contamos que retrataríamos la vida de famosos y celebridades. ‘Bueno, entonces quiero que estas fotos salgan bien Caras’ dijo entre risas”, recuerda el fotógrafo de esa primera nota, Pablo Grimberg.
“Diego te quería o te mataba. Por suerte era muy amigo de Sergio Hendler así que pudimos pasar con él varios días, como dos más del clan. Fue una experiencia inolvidable de mi carrera”, recuerda el fotógrafo que después de esa primera vez compartió otros viajes con el ídolo a Australia y Estados Unidos.
El equipo pasó casi una semana con Maradona y su familia en el hotel Andaluci Park. Pero para desesperación del fotógrafo, el momento de las imágenes tardaba en llegar. “A pesar de que yo tenía siempre listo el mini estudio, Diego me suspendía una y otra vez las fotos. Hasta que el anteúltimo día del viaje aceptó que lo fotografiáramos en la suite del hotel con Claudia y las nenas. Después de las imágenes formales y posadas arrancó lo divertido. Diego empezó a jugar en la cama con las nenas. ‘El que no salta es una gallina’, gritaban”.
En ese viaje a España Diego también había llevado a su papá y a su suegra. “Mientras Diego entrenaba la acompañábamos a Claudia, su mamá Pochi, don Diego y las chicas a buscar casa para instalarse en Sevilla. Al papá de Diego lo único que le importaba era que tuviera una buena parrilla. Finalmente se quedaron con la del torero Espartaco, que pudimos fotografiar en detalle”, recuerda Grimberg.
