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Después de un intenso año lleno de desafíos profesionales y hasta de una campaña política que terminó erigiendo a Roberto García Moritán como legislador porteño, Carolina “Pampita” Ardohain y el empresario celebraron su segundo aniversario de casados con un viaje sorpresa. “Vamos a almorzar”, la invitó García Moritán a la conductora de NET TV el viernes 19. A la hora estaban arriba de un avión junto a su beba recién nacida, Ana. ¿El destino? El Rosell Boher Lodge, un complejo a los pies de la Cordillera, en Mendoza.
“Vinimos a Mendoza. Pensé que salía a almorzar, terminé en un avión sin saber a dónde iba, estoy en Mendoza en un sulky con pétalos de rosas muy lindos”, dijo la modelo en un vivo de Instagram: “¿Qué hace papá que siempre me organiza sorpresas?”. Lo que siguió fue de ensueño.
“Pampita” se mostró junto a su marido y su hija escuchando cómo el reconocido músico Mario Galvan tocaba en el piano la canción “Can’t Help Falling in Love” de Elvis Presley. “No paro de llorar”, reconoció la conductora a sus seguidores mientras intentaba secarse las lágrimas.
La modelo y el flamante político eligieron Rossel Boher Lodge, que pertenece a la bodega que lleva su mismo nombre, ubicada en el departamento de Luján de Cuyo, a 45 km de Ciudad. Allí se fabrican los vinos favoritos de García Moritán. El matrimonio fue recibido con un vino espumante rose que tiene un valor de 3.150 pesos. Sin embargo, no fue el único lujo del que disfrutarán durante su estancia. La suite en la que pasaron el fin de semana largo cuesta 485 dólares la noche.
Un escenario inmejorable para rememorar aquel 22 de noviembre de 2019 cuando dieron el sí en una fiesta de ensueño rodeada de sus seres queridos. De aquella decisión intempestiva producto de un flechazo, ahora transitan otra etapa, tanto en lo profesional como en lo personal, junto a su beba de tres meses y a sus hijos.
Entre los secretos para mantener la pasión intacta, Pampita y Roberto mantienen sus salidas de pareja. Así lo explicó ella en su programa, “Pampita Online”: “Es que nos vamos siempre a almorzar por Palermo, porque una vez por semana tenemos nuestra salida de novios y tiene que ser al mediodía porque a la noche trabajo. Hay que hacer eso, encontrar un día para la pareja, o al menos un ratito”, aconsejó la modelo. También resaltó la importancia de una actividad que disfruten ambos, sin importar cuál sea el presupuesto para lo que elijan, y aseguró que se recarga de energías cuando comparte una comida con Moritán. “Si tengo que ir a cenar a la 1:30 de la madrugada cuando termino La Academia imaginate cómo estoy, no se puede”, explicó.
Alojados en la Villa Master Suite de lujo del impactante Lodge, situado al pie de la Cordillera de Los Andes, la pareja disfrutó su escapada romántica en un delicado equilibrio entre naturaleza, lujo y privacidad. La habitación, adornada con jazmines, velas blancas, cristalería de plata y textiles de hilo bordados a mano, fue el detalle que deslumbró a los enamorados.
Montados en una carroza antigua My Lord del año 1920, se dirigieron hacia la laguna privada del hotel por un sendero rodeado de viñedos, donde los esperaba la sorpresa que Roberto había planificado: una cena romántica acompañados de la naturaleza. La velada se desarrolló bajo un pequeño espacio de glamping con cobertizo de cañas, una mesa rústica vestida con mantelería de hilo y vajilla cuidadosamente seleccionada por Laura P. Pétalos de rosas, arreglos florales, velas de jazmín, almohadones de diferentes texturas y mantas, completaron la celebración de Carolina y Roberto, quiénes brindaron con wRosell Boher Rosé su espumante favorito, ante la imponente vista del Lodge.
El chef Leonardo Giacconi agasajó a los enamorados con un menú 3 pasos, pensado especialmente para maridar con los vinos y espumantes de la bodega: Gran Chardonnay para el primer plato- tostón con brié a la plancha, peras con cebolla caramelizadas y mizuna. Gran Corte añada 2018 acompañó el segundo plato- costillitas de cordero a las brasas con crema de zanahoria ahumada, beterabas a la salvia y Grande Cuvée Millésimée para el postre húmedo de chocolate con frutas quemadas e inglesa de lavanda.
Mario Galván, pianista de la Orquesta de la Ciudad de Mendoza, musicalizó el romántico momento desde su piano de cola situado a la intemperie de la cordillera, coronando la adorable escena.
En cuanto a hospedaje, Rossell Boher ofrece una Guest House con una Master Suite de lujo y 11 villas privadas con jacuzzi y fogón en sus terrazas. “El desarrollo enoturístico tiene como objetivo priorizar el paisaje. Por eso ideamos pequeños edificios cuya arquitectura se mimetiza con la vista de la Cordillera de los Andes. Como una continuidad del entorno, se suceden las tramas de viñas, el paisajismo y aquellos lugares de contemplación y de encuentro”, destacan desde la bodega, donde le obsequiaron a modo de souvenir unos corazoncitos blancos tejidos a crochet que la pareja colgó del cochecito de su hija.
