Todo transcurría con normalidad en el club Grand Champions, donde se disputa el tercero de los cuatro torneos (Palm Beach Open) que conforman el calendario 2022 de la World Polo League. Eran cerca de las cuatro y cuarto de la tarde del jueves 17 de marzo cuando comenzaba el segundo chukker del duelo entre Alegría, el cuarteto del patrón canadiense Frederick Mannix (38), y el Catamount Polo Club capitaneado por “Polito” Pieres (35). Todavía restaban seis minutos y cuarenta y cinco segundos para terminar ese período, y el marcador (3 a 3) delataba paridad. El relato de Tucán Pereyra Iraola para ESPN narraba “un fuerte palo para poner a correr a Feeddie Mannix, llega primero ‘Torito’ Ruiz (23)...” Y de repente, seguido de un instintivo “aia” y del silbato arbitral, el periodista alertó que cayó Clemente “Corchito” Zavaleta (36).
El silencio invadió la transmisión, mientras las imágenes mostraban al polista tendido en el piso y a su yegua incorporarse de una caída y correr hacia un lateral. Todo era confusión e incredulidad, porque la jugada estaba lejos de la bocha y por ende la atención se centraba varios metros más adelante. No se comprendía lo que había pasado, pero Clemente Zavaleta quedó inmóvil en el césped y las alarmas se encendieron.
Compañeros y rivales se bajaron preocupados de sus caballos, llegaron las ambulancias y a los pocos minutos aterrizó un helicóptero. Todas señales de que algo grave había ocurrido. El árbitro decretó la suspensión del partido y el foco de atención se trasladó al St. Mary´s Medical Center, el hospital de West Palm Beach reconocido por su excelencia y su dinamismo para atender las emergencias.
Nada fue como antes, a partir de entonces, para el polista y su familia. Su madre, la trilliza María Emilia Fernández Rousse (61), veraneaba en Mar de Cobo con sus hermanas y su madre, y apenas la notificaron se volvió a Pilar para emprender el viaje a Miami con su marido, Clemente Zavaleta (64).
En el lugar de los hechos, la amazona francesa Isabelle Strom (33), esposa de “Corchito”, se enfrentaba a la angustia de lo sucedido y al dilema de cómo manejar la situación con sus pequeñas hijas, Olympia (5) y Assia Eugenie (3). Para su bienestar emocional no estaba sola, ya que la comunidad del polo argentino, toda una legíon en Palm Beach, la acompañó haciéndole “el aguante” en el hospital y convocando a una cadena de oración.
Su marido fue operado de inmediato el jueves y por segunda vez el viernes. El diagnóstico de “estable” apaciguó un tanto el temor, pero la caída le provocó una lesión en el tronco encefálico y lesiones en el pulmón que probablemente demanden otra operación. Isabelle lo vio despertar el sábado del coma al que había sido inducido, y la reacción de su esposo fue conmovedora: se aferró a su mano y no se la quería soltar. Una escena que refleja fe y voluntad de pelearla, dentro de un combate que según los facultativos será “muy largo” y con altibajos a monitorear “día tras día”.
Como era de esperarse, María Emilia y su marido llegaron el sábado a Palm Beach para estar junto a su hijo, lo mismo que las dos hermanas de “Corchito”, Emilia (37) y Sonia Zavaleta (33). El miércoles se agregó al clan familiar la nuera del polista, Alexandra Zellinger de Balkany. Todos se sumaron a la vigilia en el hospital St. Mary´s, donde el polo argentino dice presente, entre otros, con “Polito” Pieres, “Nacho” Figueras y Delfina Blaquier, Cecilia Pieres, “Mechi” Venancio (la mujer de Pablo Mac Donough) y Clara Ferraiuelo de Ulloa.
Facundo Pieres (35), también en Palm Beach jugando la Triple Corona norteamericana, homenajeó el lunes a su colega luciendo un casco intervenido por la artista María Crimella con la palabra “Corchi”. Todas muestras de afecto y de respaldo para quien lucha por su vida sedado, con respirador artificial, y con pronósticos que irán variando según su evolución. “Querida familia y amigos. Gracias por su apoyo y ayuda, Clemente los necesita. Sentimos sus oraciones, tenemos que mantenernos fuertes”, escribió el lunes Isabelle Strom, mientras la trilliza subió una foto junto a su hijo con una frase esperanzadora: “Sos un guerrero y lo vas a lograr”. Como tantas otras veces, las oraciones, Dios y esa “fe que mueve montañas” pulsearán mano a mano contra la insensible realidad.
Por Rebeca Peiró y Carlos Cervetto
Fotos: Candace Ferreira, Juan Leiva/Polo Hub y Cedoc/Perfil