Carmela Bustelo (23), también conocida como “Chola”, es una joven de 23 años que a fines de octubre del 2017 descubrió que un tumor de diecisiete centímetros encontrado en uno de sus pulmones, comenzaba a cambiar su vida. Su historia se hizo viral en redes sociales y en los medios, hoy en día con más de 80 mil seguidores en sus dos cuentas Instagram, dice que la enfermedad le hizo entender mucho más el sentido de la vida.
“Yo era totalmente normal, trabajaba, estudiaba. Pero en ese momento empezó todo. Me tuvieron que colapsar un pulmón para poder llegar a hacerme la biopsia y, después de esa cirugía estuve en terapia. Cuando tuve los resultados de los estudios salió que era esto, un Linfoma de Hodgkin”, explica Carmela mientras toma su taza de té en un restaurante de Recoleta.
La adolescente proveniente de Bahía Blanca, a poco de finalizar la carrera de arquitectura en la Universidad de Belgrano y con un trabajo estable en la Subsecretaría de Vías Peatonales del Gobierno de la Ciudad, se vio obligada a realizar un cambio drástico de un día para el otro. Desde análisis, agujas, médicos a grandes cirugías y quimioterapias cada quince días: “Es increíble, se me sigue poniendo la piel de gallina el solo hecho de pensar todo lo que pasé".
El sábado 28 de octubre del 2017, después de estar haciendo planos para la facultad con sus amigas en su departamento de Recoleta, la dejaron en el Sanatorio Mater Dei con 6% de batería, la tarjeta SUBE y el carnet de OSDE. Pensando que se trataba de una simple sinusitis, la médica la mandó a hacer unas placas de rostro y tórax, las cuales debieron repetir por que la profesional no podía creer lo que estaba viendo: una masa blanca o más bien, un tumor que le estaba obstruyendo tres cuartos de un pulmón.
Desde ese momento, pasó por una cirugía en la que le debieron implantar un catéter en el pecho mas doce quimioterapias en un primer tratamiento. Como los resultados de la Tomografía por Emisión de Positrones (PET) indicaban que seguía habiendo actividad cancerígena, un segundo tratamiento era el siguiente paso. El mismo estuvo acompañado de una cirugía en la que le tuvieron que extirpar un ovario para preservar el tejido ovárico y, de una metodología con efectos muchos más fuertes.
En el transcurso del 2018, debido a que el PET indicó que el tumor seguía estancado, decidieron pasar a un plan C, que consistió en tres aplicaciones de anticuerpos monoclonales cada veintiún días. “Son anticuerpos que se hacen en laboratorios Anti Sede 30 en mi caso. Estos van directo a la célula del Linfoma. Por eso es que no se te cae el pelo, es decir no tiene efectos secundarios”, explicó la joven fanática de River. A fines del 2018 se realizó el auto trasplante de médula.
House of Cholas, su cuenta oficial de Instagram de venta de vinchas y turbantes, nace con la necesidad de ayudar a las chicas que están pasando por situaciones similares y, además para encontrarle un lado divertido a algo tan feo como el cáncer: “Ya no los llaman turbantes, mis seguidoras los bautizaron como Chola y eso me encanta”.