Entre lo más visto de Netflix en los últimos días se destaca Los crímenes de Åre, una miniserie sueca que combina suspenso, crimen y drama. Dirigida por Alain Darborg y Joakim Eliasson, esta producción se ha convertido en un imperdible para los amantes del thriller y el misterio, gracias a su trama envolvente y sus impresionantes paisajes.
Una trama que atrapa desde el primer momento
La serie, basada en las novelas Muerte en las montañas y Muerte en las sombras de la escritora sueca Viveca Sten, sigue la historia de Hannah Ahlander, una detective de Estocolmo interpretada por Carla Sehn. Recién separada y suspendida de su trabajo por una investigación interna, Hannah decide mudarse a la casa de su hermana en Åre, un pequeño pueblo de esquí.
Sin embargo, su plan de relajarse se ve interrumpido cuando una adolescente desaparece después de una fiesta local. A pesar de no estar oficialmente en servicio, Hannah no puede evitar involucrarse en la investigación. Junto a un oficial local, interpretado por Kardo Razzazi, la detective comienza a desentrañar el misterio mientras intenta superar sus propios problemas personales.
A partir del tercer episodio, la trama se complica con la aparición de un segundo crimen: el cuerpo de un ex esquiador es encontrado destrozado bajo un puente ferroviario. Este nuevo caso, que involucra violencia familiar y maltrato doméstico, lleva a Hannah a sumergirse aún más en los oscuros secretos del pueblo.
Un elenco talentoso y personajes complejos
Carla Sehn, quien interpreta a Hannah, lleva una carrera destacada en la industria sueca y logró visibilidad internacional gracias a esta producción. Junto a ella, actores como Kardo Razzazi, Charlie Gustafsson y Pia Johansson aportan profundidad a la historia, creando personajes llenos de matices y conflictos internos.
Hannah, en particular, es un personaje que refleja las complejidades de la vida moderna: una mujer que lucha por equilibrar su carrera, su vida personal y sus demonios internos. Este tipo de protagonista, cada vez más común en series como Misántropo y Longlegs, resuena con el público actual.
Un escenario impresionante
Uno de los aspectos más destacados de Los crímenes de Åre es su impresionante fotografía y escenarios naturales. La serie fue filmada en locaciones reales, lo que le brinda un realismo visual que refuerza la autenticidad de la historia.
La primera parte de la serie retrata la ciudad de Estocolmo, con su ambiente urbano y caótico, mientras que la segunda se sumerge en los paisajes nevados y los densos bosques de Åre. Estos escenarios no solo sirven como telón de fondo, sino que también contribuyen a la atmósfera de misterio y tensión que caracteriza a la serie.
Con solo cinco capítulos de aproximadamente 40 minutos cada uno, Los crímenes de Åre es una miniserie perfecta para maratonear. La combinación de una trama intrigante con personajes bien desarrollados y paisajes impresionantes, la convirten en una de las producciones más atractivas de Netflix en los últimas semanas.
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