En el mundo de la aristocracia moderna, donde el lujo y el linaje parecen sinónimos de visibilidad, hay quienes optan por mantenerse al margen de los reflectores. Este es el caso de Juan Urquijo, el joven ingeniero agrónomo que conquistó el corazón de Irene Urdangarin, la hija menor de la infanta Cristina, pero que, lejos de disfrutar de la fama, prefiere la tranquilidad del anonimato y la vida en el campo.
Juan y su hermana Teresa Urquijo crecieron en un entorno que combinaba tradición aristocrática y vida privada. Sus padres, Lucas Urquijo y Beatriz Moreno de Borbón-Dos Sicilias, les inculcaron un perfil bajo, pese a sus fuertes lazos familiares con la realeza española. Sin embargo, los romances de los hermanos con figuras públicas, Teresa está casada con José Luis Martínez-Almeida, el alcalde de Madrid, y Juan, pareja de Irene Urdangarin, los han catapultado al centro de la atención mediática.
A diferencia de su hermana, quien está enfrentando con naturalidad el escrutinio de los medios, Juan optó por mantenerse lejos de las cámaras. Sus apariciones públicas son esporádicas y cuidadosamente seleccionadas, como sucedió en la boda de su hermana o en eventos familiares de gran relevancia.
Juan Urquijo y su refugio en el campo
Lejos de la agitación de las grandes ciudades, Juan Urquijo encontró su espacio ideal en el campo. Criado en propiedades icónicas como Los Molinillos o El Canto de la Cruz, el joven se desarrolló profesionalmente en el ámbito de la gestión agrícola y la caza, siguiendo la tradición familiar.
Actualmente, trabaja en Corsini Hunts, una reconocida empresa dedicada a la organización de cacerías de alto nivel y a la gestión de fincas. Entre los cotos más emblemáticos de la compañía se encuentra La Flamenca, un establecimiento que históricamente frecuenta el rey emérito Juan Carlos. Para Juan, este entorno no solo representa un espacio laboral, sino también un estilo de vida que contrasta con el brillo de los eventos sociales.
Si bien la relación entre Juan Urquijo e Irene Urdangarin despertó el interés de la prensa, la pareja logró mantener la mayor privacidad posible. Su historia comenzó en un círculo íntimo, gracias a los lazos familiares que ambos comparten, y fue creciendo alejada del ojo público.
Londres, ciudad donde Juan estudió Ingeniería Agrónoma, ha sido el escenario perfecto para que ambos puedan disfrutar de su romance sin demasiadas interrupciones. Allí, lejos de los paparazzi españoles, encontraron un refugio en el que construir su vínculo.
VO