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ACTUALIDAD 24-02-2017 07:54

Nicole Neumann: el renacer tras la crisis con "Poroto" Cubero

“Necesito quererme más". Galería de fotosGalería de fotos

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Tras un 2016 “movidito”, Nicole Neumann (36) confiesa que todavía está “acomodando” su universo emocional.“De a poco estoy reencontrando mi eje. Estoy aceptándome más, ordenándome en medio de tanto caos. No quiero juzgarme tanto a mí misma, necesito quererme más”, asegura refiriéndose a un año que celebra haber dejado atrás, ya que en su exitoso paso por ShowMatch revivió peleas que mantuvo en el pasado con Carolina “Pampita” Ardohain, y para colmo transitó una profunda crisis de pareja con el futbolista capitán de Vélez, Fabián “Poroto” Cubero (38), tras 10 años de relación.“Soy demasiado autoexigente. Siempre fuí muy dura a todo nivel, con las cosas más insignificantes y con las cuestiones más importantes. El problema con Fabián fue una sacudida muy fuerte. ¿Si como toda crisis implica una oportunidad? Todavía lo estoy descubriendo. No llegué a un desenlace o a una conclusión con lo que nos sucedió. En ese momento pasé por un montón de miedos, frustraciones, muchos fantasmas con los que fui fantaseando y lidiando”, afirma la top-model desde Punta del Este, tras haber descansado en familia, junto a sus hijas Indiana (8), Allegra (6) y Sienna (2), luego de haber inaugurado el nuevo local de “Nikka”, su línea de indumentaria y accesorios, en el barrio de Palermo.

Posa en la playa con la maestría que le da la experiencia. Nicole tenía tan solo cuatro años cuando participó en su primera publicidad, y a los doce debutó en las pasarelas, por lo que fue bautizada como “Lolita” (nombre derivado de la novela de Vladimir Nabokov), por ser la modelo más chica de la Argentina. “Siento que pertenezco a la última camada fuerte de modelos, que después no hubo otra. Las de mi generación ya quedamos como en un lugar establecido, pase lo que pase. Y yo quedé como la ‘Lolita Argentina’. Al haber empezado tan chiquita, me siguen desde las que ahora son abuelas hasta sus nietas, que me vieron en el ‘Bailando...’. El paso del tiempo no me da miedo porque vivo la vida siempre muy a full, a mil. Siempre voy por todo, y hoy me siento súper bien y segura con mi cuerpo, aún después de haber dado a luz”, agrega.

—Nicole, ¿logra ser la madre que quiere o la que puede?

—Creo que soy la madre que quiero y, a veces, la que puedo, cuando las cosas me superan (Risas). Pero digamos que en un 80 por ciento soy la mamá que quiero, y en un 20, la que puedo. Nadie nace con un libro de cómo ser madre, pero se siente el instinto maternal. Yo soñaba con tener hijos a los quince años, pude programar en mi mente lo que quería y lo que no, y la verdad es que todo lo que me propuse lo logré.

—¿Cuál de sus hijas es más Nicole, y cuál es más Cubero?

—La más Nicole es Indiana: introvertida como yo, analítica, no se abre de entrada, primero observa y después lo hace solo con quien desea. Alegra es mucho más extrovertida, más abierta, es mucho más Cubero (Risas). Aunque dice que quiere seguir mis pasos porque sueña con ser modelo.Y la chiquitita también es como el padre, es bien “cocorita”.

—¿Cuáles son sus tips para mantenerse centrada y mejorar como persona?

—A principio de año retomé terapia y yoga. Además me realizaron “limpiezas energéticas”, una onda parecida al Reiki, con imposición de manos. Me sentía muy cargada, y en las primeras sesiones me encontraron todos los canales bloqueados. Lo noté porque no dejaba de llorar.

—¿Participar del “Bailando...” también la ayudó?

—El baile está bueno como descarga de tensiones y para cargarse de energía positiva. Además me modeló un montón el cuerpo. Este año volveré a tomar clases, aunque no participe en el programa. Me encanta hacer zumba, que es un fitness bailado, con mezcla de reggaetón y bachata.

—¿La crisis con Cubero reavivó la pasión entre ustedes?

—¡Estamos trabajando en ese tema! (Risas).

—¿En la intimidad es creativa o conservadora?

—La creatividad es bastante importante después de 10 años de convivencia (Risas).

—¿”Cerraron la fábrica” de hijos, definitivamente?

—Sí, está cerrada. Los dos trabajamos un montón, y ya con tres hijos es complicada la logística. Prefiero que sean tres y no más, para darles calidad de atención.

—¿Qué queda en su interior de aquella “Lolita” que cautivaba con su precoz sensualidad?

—En su momento lo disfruté, pero estoy mucho más cómoda en esta etapa. Soy más consciente del poder que genero con la seducción. Cuando era chica, lo tomaba como un juego. Pero con la madurez y la experiencia, me siento más segura.

—En esta etapa de su vida, ¿qué le falta y qué le sobra?

—Lo que siento que me sobra es el amor de mi familia, y en este momento es algo fundamental. Y lo que me falta es... ¡volver a estar en eje!

Por: Fabian Cataldo

Fotos: Pablo Kreimbuhl

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