Su nombre es Tierra Cósmica Roja, nacida en la Onda Encantada de la Serpiente Quetzalcoatl. Lizy es sin duda la estrella del momento, carismática, seductora, espontánea, verborrágica, todo terreno. Virginiana tenía que ser (Sol a los 18 grados de Virgo en el momento de su nacimiento) en auspicioso trígono con Saturno en Tauro. Si algo sabe hacer es trabajar, Saturno es el planeta de las grandes lecciones, premia al que hace bien los deberes, y los que se resisten a su energía no la pasan bien. En este caso Lizy desde chica supo que, si quería tener un lugar en la vida, iba a tener que luchar para ganarlo. Aprendió la lección de Saturno y no bajó los brazos, trabajando duro. El resultado fue el éxito.
Venus, Júpiter y Neptuno en Escorpio, gobernando la energía sexual. Nos habla de mucha intensidad, en especial durante la adolescencia, enamorándose perdidamente, alimentada por el fuego de la pasión. Dio mucho, se entregó (dio más que recibió), Neptuno hizo que derramara lágrimas de amor, hasta que un día dijo ¡No sufro más! Y acá aparece Urano en Libra, a partir de sus 35 años equilibrando sus energías y dándole madurez emocional, poniendo en cada afecto lo que se merece: la familia, los amigos, los hombres. No todos son iguales, cada amor es diferente. Ella encontró en el valor de la amistad apoyo y amor incondicional. Su espíritu generoso por naturaleza hizo que ayudara a muchos y todo lo que la vida le dio: fama y reconocimiento, lo compartiera con sus más cercanos, todos son “el Club de Lizy”.
Su Luna estaba en Acuario en el momento de su nacimiento, en buen aspecto con su Nodo. Indudablemente está destinada a la comunicación, a la expresión. También hubiera sido una excelente psicóloga, pero toda esta energía de conocimiento del corazón humano lo canalizo a través de la actuación. Lizy nació para brillar, como sus astros.