De Guatemala a Los Ángeles, Gaby Moreno (34) triunfa arriba del escenario apadrinada por su exitoso compatriota Ricardo Arjona. Cantante, compositora y guitarrista, ganó en 2013 el Grammy Latino como Mejor Artista Nueva y va por más: presenta “Ilusión” su nuevo disco. “Mi ilusión es que mi creatividad nunca muera. Que siempre tenga esas ganas, ese entusiasmo por seguir creando. Que siempre siga sintiendo esa emoción al subir al escenario. En definitiva, que nada de eso desaparezca”, afirma.
Hace 16 años que Gaby decidió dejar atrás la “cajita de cristal” en la que vivía junto a su mamá Lucy y su familia para mudarse a los Estados Unidos. Perseguir sus sueños era su única meta y lo logró: pudo abrirse camino en la música, lanzar su primer álbum en 2009 y ser reconocida por un mix de géneros que ella misma creó y llama spanglish folk soul. Arjona tiene mucho que ver en su carrera. La primera vez que escuchó su voz, la buscó e invitó a subir a un escenario y cantar con él. Este año le ayudó a componer “Si Pudiera” un tema de “Ilusión”, el quinto disco que lanza a lo largo de su carrera y está compuesto por trece canciones, en español e inglés, con un estilo musical que roza el jazz, el blues y también el R&B. “Con este disco quise regresar un poco a mis orígenes, a mi primer álbum, recuperar el sonido orgánico de cuatro músicos reunidos en una sala tocando en vivo, pasándola bien. La música es mi forma de alzar la voz”, confiesa la cantante.Y ella lo admira con todo su corazón. No sólo por su talento si no por su forma de pensar y vivir.
En todo momento se nota que mantiene un fuerte compromiso con sus orígenes y lo expresa con emoción en sus canciones, principalmente en una de ellas, “Fronteras”: “Es un tema que compuse específicamente pensando en toda la gente de Latinoamérica que está viviendo en EE.UU. Inmigrantes que, como yo, dejaron todo atrás y llegaron a ese país en busca de sus sueños. Y quiero resaltar sus cualidades porque son gente trabajadora, que paga sus impuestos y hace todo por sacar a sus familias adelante. Me entristece que Donald Trump pueda quitarles ese sueño”.
Los guatemaltecos adoran a Gaby. Se sienten orgullosos de que ella los represente en el mundo y se lo hacen saber. En todos lados la reciben con un inmenso cariño y la acompañan siempre en sus giras por el país. “Mucha gente piensa que tiene que hacer cosas grandes para que este país progrese. Y no es así. Haciendo las cosas más pequeñas con amor, con pasión, ahí es donde el cambio empieza. Yo gracias a Dios tengo el don de la música, de poder llegar a la gente a través de mi voz, pero siento que todos tenemos ese algo en nosotros que nos hace únicos, que nos mueve hacia adelante y nos hace soñar en un verdadero cambio”, reflexiona.
Humilde y tímida, Gaby considera que hay momentos difíciles en los que quisiera tener más cerca a su familia pero al mismo tiempo vivir afuera le dio una nueva perspectiva. “Me abrió mucho la cabeza, me permitió ver el mundo con otros ojos y me dio libertad. Además tengo la suerte de ver a mi seres queridos muy seguido y eso ayuda”, afirma la compositora, quien también encontró el amor en el país del norte y se casó con el baterista de su banda, Sebastián. Ambos viajaron junto al resto de su equipo para presentar el disco en el teatro de Francia, ubicado dentro del parque de diversiones Xetelul, “un lugar donde exista magia e ilusión”.
En cuanto a su vida cotidiana cuenta que para ella es muy difícil mantener un ritmo normal por los viajes de trabajo, algo que a veces le resulta “desgastante”. Por eso es que disfruta a pleno cada vez que tiene un tiempo libre en su hogar de Los Ángeles. “Soy vegetariana aunque intento ser vegana y en los viajes eso se complica un poco. Cuando estoy en casa amo cocinar y comer sano. Hago mucha actividad física: practico yoga, pilates y salgo a caminar tres veces por semana. Esa es la rutina que me hace bien”.
Cuando habla de sus sueños, Gaby Moreno prefiere mantener los pies sobre la tierra y antes que nada agradece: “Hoy puedo presentar mi música y llegar a países en donde jamás habría pensado llegar. Me siento muy afortunada. Empecé a cantar cuando tenía cinco años y hoy sigo afirmando mi decisión, porque la música es esencial en mi vida. Mi ilusión hoy es abrirme espacios, llegar a más gente, afectar a las personas con mis canciones de la forma que sea: que sienta tristeza, melancolía, felicidad, pero que sientan algo. Con eso estoy feliz”, concluye.