Juan Carlos I de Borbón, quien reinó en España entre 1975 y 2014, atraviesa una etapa de ofensiva judicial. A sus 87 años, el monarca emérito prepara una serie de demandas contra quienes, según su entorno, dañaron su reputación. Entre los nombres que figuran en su lista aparece Corinna Larsen, la empresaria alemana con la que mantuvo una relación que combinó afecto y negocios, y que terminó por exponerlo ante la opinión pública.
Las batalles judiciales entre Corinna Larsen y la monarquía española
Desde Abu Dhabi, donde reside desde agosto de 2020, el exrey presentó recientemente una denuncia contra el expresidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, por “vulneración del derecho al honor”. La próxima destinataria podría ser Larsen, acusada por el mismo motivo. En el radar del Borbón también figura Dante Canonica, su antiguo tesorero, a quien podría señalar por fraude.
El año en curso tiene un peso simbólico: se cumplen cinco décadas de su coronación como rey de España, aunque los actos conmemorativos previstos por la Casa Real no contemplan su participación. Para muchos observadores, su decisión de recurrir a la justicia responde tanto al deseo de reivindicarse como a la necesidad de estabilizar su imagen. Las eventuales compensaciones económicas por daño moral también podrían representar un alivio tras los cinco millones de euros que desembolsó para regularizar su situación fiscal.
En su entorno más cercano describen a Juan Carlos como un hombre cada vez más aislado. La periodista Pilar Eyre sostiene que pasa gran parte del tiempo recordando agravios y críticas. Su mayor temor, dice, es quedar registrado en la historia como un monarca corrupto y no como el rey que condujo la transición democrática.
El nombre de Corinna Larsen ocupa un lugar central en esta historia. La empresaria conoció al entonces rey en 2004, y su vínculo se mantuvo durante años con discreción. Todo cambió en 2012, cuando el accidente del safari en Botswana reveló la relación y aceleró su declive. Desde entonces, Larsen habló abiertamente sobre su vida junto al monarca y sobre las supuestas comisiones millonarias que este habría recibido. También reconoció haber recibido 65 millones de euros del Borbón, mientras él insiste en que se trató de un préstamo y reclama su devolución.
La alemana, por su parte, lo denunció por acoso y hostigamiento, aunque la causa permanece sin avances. La disputa judicial entre ambos sigue abierta y simboliza el conflicto entre el deseo del rey emérito de limpiar su nombre y las versiones que lo persiguen desde hace años.
Mientras tanto, desde el exilio, observa con distancia los episodios que aún salpican a la Casa Real. Entre ellos, la reciente polémica por la difusión de fotografías de su nieta, la princesa Leonor, durante su travesía por América del Sur. En ese contexto, Juan Carlos I busca recuperar su honor, aunque las sombras de su relación con Corinna Larsen no quedan atrás.
F.A
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