El exclusivo privilegio de la princesa Leonor en Elcano

La princesa Leonor continúa con su formación militar a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano, siguiendo la tradición de su padre, el rey Felipe VI, y su abuelo, el rey emérito Juan Carlos I. Este proceso, indispensable para su futuro como jefa de Estado, representa un desafío en varios aspectos, ya que, a diferencia de sus compañeros, que llevan años en la Armada, ella solo completará un curso antes de pasar a su siguiente etapa de instrucción en el Ejército del Aire en Murcia.

El paso de Leonor por el buque escuela es una experiencia exigente. La travesía la llevará a visitar ocho países en seis meses, y la fase actual, en la que el barco se dirige a Brasil, es considerada una de las más duras. La rutina diaria incluye prácticas en el mástil y maniobras con las velas, además de sus clases teóricas. Sin embargo, los primeros días fueron especialmente complicados para la princesa, quien sufrió mareos y vómitos debido a las condiciones en alta mar, lo que incluso la llevó a ausentarse de algunas lecciones. A pesar de estas dificultades, su determinación por cumplir con este reto es inquebrantable.

Un espacio privado para la princesa Leonor

Aunque Felipe VI y la reina Letizia pidieron que no haya distinciones entre Leonor y sus compañeros, la realidad es que la princesa cuenta con ciertas concesiones especiales. Uno de estos privilegios es la habitación privada dentro del buque, un espacio del que ningún otro alumno dispone. Esta medida, que ya se implementó durante su paso por la Academia General Militar de Zaragoza, busca brindarle un sitio de privacidad en un entorno donde los espacios personales son reducidos y compartidos entre muchos tripulantes.

Mientras la mayoría de los alumnos duermen en camarotes de cuatro personas, compartiendo literas y baños comunes, Leonor tiene acceso a esta pequeña habitación donde puede relajarse y, sobre todo, mantener contacto con su familia. Se estableció que sea ahí donde realice sus llamadas con el rey y la reina, evitando así generar posibles incomodidades entre sus compañeros. Aunque no se trata de un espacio de lujo, esta concesión refleja el reconocimiento de que, como futura reina, su situación es diferente.

El paso de Leonor en el Juan Sebastián Elcano concluirá antes que la de sus compañeros, ya que no regresará a España en barco, sino que se reincorporará en tierra firme para acompañarlos en su llegada a Galicia. Hasta entonces, seguirá enfrentando las dificultades propias de la travesía, incluyendo largas jornadas de navegación, condiciones climáticas adversas y la exigente rutina del entrenamiento militar.