Acompañado por sus dos hijos, los mellizos Matteo y Valentino (6), Ricky Martin (43) pasó fugazmente el viernes 11 por la Argentina donde brindó un show privado en la localidad de “Villarobles”, un emprendimiento costero ubicado en el kilómetro 374 de la Ruta Interbalnearia Número 11, en el Partido de la Costa. Carismático y consagrado por el público, el cantante boricua realizó un show de poco más de una hora y media para 2500 invitados exclusivos, entre los que se destacaron celebridades de nuestro país.
“La Argentina me hace sentir muy especial. Como estoy aquí no estoy en ningún sitio del mundo. No hay lugar donde sea más feliz que aquí! Los amo y siempre voy a cantar en este país. Son el mejor público”, dijo, entusiasmado y rodeado por sus bailarinas, durante el espectáculo.
Luego de cantar en Montreal, Canadá, Ricky arribó a Pinamar en helicóptero desde Mar del Plata, ciudad a donde llegó en avión privado. Como lo hace siempre, Martin probó sonido dos horas antes del concierto y prohibió el ingreso de toda persona al escenario, una hora antes del show. No faltó ni un solo clásico: “Vuelve”, “Te extraño, te olvido, te amo”, “La copa de la vida” y “La mordidita”, su último hit. Entre las celebridades que fueron invitadas, con alojamiento incluído, estuvieron: Milagros Brito, Diego Latorre, Luly Drozdek, Benito Fernández, Germán Paoloski y Sabrina Garciarena, Ricky Sarkany junto a su esposa Graciela, Barbie Simmons, Martín Liberman, Maby Wells, Gustavo Bermúdez, Sofía Macaggi y Mariana Antoniale y Gonzalo Rodríguez, entre otros.
Con una temperatura que rondó los 27 grados, a orillas del mar se instaló el escenario y, alrededor, carpas blancas, sillones y mesas para que los invitados estuvieran cómodos y disfrutaran del exclusivo recital en “Villarobles”, emprendimiento que fue desarrollado por el “Grupo 7”, cuyo presidente es Raúl Vertua, de “Vertua Construcciones”, una empresa familiar, con muchos años en el mercado que confió en Hernán Nisenbaum para la organización del exclusivo evento al que los invitados debían asistir vestidos de blanco.
Luego del show y de un breve descanso, Ricky regresó a los Estados Unidos junto a sus hijos, mientras que todos los invitados disfrutaron de una glamorosa fiesta que se extendió hasta las 2:30 de la mañana. Sushi, champagna Barón B y otras delicias acompañaron a los presentes que bailaron a metros del mar en una noche que resultó perfecta.