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Como suele ocurrir a todo hijo varón con su madre, Benjamín Vicuña siente una especial devoción por la mujer que, a pesar de haberse separado cuando el actor chileno apenas tenía cuatro años, siempre fue su sostén incondicional. Dueña de una sobria simpatía que refuerza con una sonrisa casi permanente, Isabel Luco Morandé viajó especialmente a Buenos Aires para acompañar a su heredero en el estreno de "El Hilo Rojo", el film que llevó de la ficción a la vida real el amor de Benjamín con "La China" Eugenia Suárez. Justamente, otra de las particularidades que tuvo esta visita fue que Doña Isabel, de profesión decoradora, volvió a a estar en contacto con su nueva nuera, a quien ya había conocido en Chile. El martes, en la previa a la función de avant premiere del film, Benjamín llevó de la mano a su chica hasta la mesa donde estaba su madre tomando un café, dentro del VIP del shoping Dot. Isabel se levantó, le dio un beso y sus palabras retumbaron entre la muchedumbre: "Encantada, ¿cómo estás? Estás muy linda", elogio que fue agradecido por la afable Eugenia.
Ese mismo martes del preestreno, Isabel acompañó a su hijo a buscar a sus nietos al colegio San Martín de Tours. Con Carolina Ardohain de viaje por Europa, el actor se ocupó esos días de buscar a Bautista y Beltrán. Isabel disfrutó del programa, mostrándose siempre muy cariñosa con sus nietos. "Si Benjamín está feliz, yo estoy feliz", dice siempre en rueda de íntimos acerca de los cambios sentimentales en la vida de "Benja". Y así como muchos recuerdan que cuando estalló la crisis entre su hijo y "Pampita" apoyó fuertemente a la modelo, ahora la situación cambió. Y ese apoyo, dicen, se transformó en una especie de respetuosa decepción.
